Este es el estado del sector de mejoramiento genético de bovinos en el territorio local

La implementación de programas de mejoramiento genético en Colombia ha presentado avances importantes en temas claves para tener éxito en estos procesos, como lo son la trazabilidad, la evaluación y las pruebas de comportamiento de los animales, y las pruebas genómicas y de desempeño. Sin embargo, aún falta camino por recorrer, si se compara con lo que han logrado otros países cercanos y referentes en el tema, como Brasil, por ejemplo.

Así lo plantea Hernando Barahona, líder del programa de Mejoramiento Genético de Fedegán, quien afirma que los avances más relevantes se han dado en el sistema productivo para tener ganadería especializada en leche y carne, pues en el doble propósito es poco lo que hay para contar.

En ese sentido, el experto afirma que, en leche, ya se tiene clara una base genética de cebuino hacia el brahman, con desarrollos importantes de las razas gyr y guzerá, con la importación desde Brasil hace treinta años de ejemplares en pie y hoy de embriones, que resulta más económico.

“Ahora ya no se realizan aventuras genética para razas o en cuanto a individuos de una raza. Lo que encontramos, o lo que se ha traído desde Brasil, son animales probados en producción de leche con test de progenie en su gran mayoría (que determina el valor genético de un toro según el desempeño de sus descendientes) y es algo que debemos seguir en Colombia”, acota Barahona.

Además, según Miller Estiben Fernández, médico veterinario zootecnista de la FAO Colombia, en leche también se utiliza mucho la Jersey y una raza nativa o propia de nuestro país como el costeño con cuernos, que en su concepto también se adapta muy bien a los diferentes climas.

Mientras que en carne, Fernández y Barahona coinciden en que la carne que más se ha utilizado en programas de mejoramiento genético es la brahman, si bien el vocero de Fedegán añade que en este segmento “existe el modelo de Brasil desarrollado en base de pastoreo de ganado Nelore, el cual, con investigación y desarrollo, pruebas de progenie y genómicas, ha tenido gran resultado, haciendo una buena alimentación”.

Sobre estos programas, que buscan mejorar las características genéticas del ganado a partir de la selección de animales superiores en términos de producción y de calidad, Fernández apunta que en Colombia se utilizan el monto natural (adquirir toros de una buena línea genética de acuerdo a las características que se desean mejorar, por ejemplo carne, leche o doble propósito), la inseminación artificial, la compra de pajillas certificadas de toros reproductores con excelente genética o el trasplante de embriones.

En cuanto a los costos, una inseminación artificial está por el orden de los $700.000 por animal en promedio, mientras que el trasplante de embriones vale hasta unos $2 millones dado que es una técnica más compleja de aplicar. Por su parte, el monto natural depende del toro que se utilice, por lo cual esta cifra varía de forma significativa entre uno y otro animal.

¿Cómo se debe dar su implementación?

El ganadero que planee implementar un programa de mejoramiento genético en su hato debería, en primer lugar, conocer sus propios indicadores: cómo está, qué tiene y para dónde va, con el fin de seleccionar la mejor técnica según sus necesidades e intereses.

Además, sugiere tener definido un plan de alimentación, porque “nada saca con llevarse la mejor raza si no la va a alimentar de forma adecuada”. Del mismo modo, Barahona recomienda analizar la preparación que tiene el personal y sus conocimientos sobre la ganadería moderna, los cambios y procesos genéticos, para determinar de qué forma afrontarán los programas seleccionados.

A lo anterior hay que añadirle una trazabilidad de pesos en nacimiento, al destete y al faenado, el rendimiento en la canal y en carne, hueso y grasa, para enfocar el programa de mejoramiento genético según las dificultades y las ventajas que logren identificar. “Para iniciar el programa, se debe acudir a evaluaciones o pruebas de desempeño, genéticas, genómicas y de progenie, para lograr más confiabilidad”.