Simon Delestre, ganador del Saut Hermás, una de las competiciones ecuestres más desafiantes

Thierry Hermès nunca pudo imaginar que el negocio de piel que abrió en 1837 se convertiría en un referente en las pasarelas internacionales. En los años 20, Grace Kelly o Humphrey Bogart sucumbieron a sus diseños y contribuyeron a forjar su leyenda.

Cuando Thierry Hermès (Krefeld, Alemania, 1801) inauguró su taller de talabatería y arneses en 1837 en París, no pudo escoger un negocio más floreciente. La capital francesa vivía sumergida en una época de espectacular desarrollo y el caballo era el medio de transporte por excelencia. Los fabricantes de sillas, carruajes y arneses no daban abasto para satisfacer la demanda de una clientela cada vez más exigente. En su esfuerzo por desbancar a la competencia, Hermès ideó un molde que aún hoy se conserva y que ajustaba con precisión al cuello del animal. La Exposición Universal de París de 1867 reconoció el mérito del artilugio concediéndole la Medalla de Primera Clase.

Comenzó como un negocio familiar dedicado a la producción de artículos de cuero para equitación. Hoy día, la parisina Hermès produce ropa, todo tipo de complementos e incluso menaje del hogar. Seis generaciones de artesanos emprendedores avalan su éxito. Sus prendas son ejemplo de distinción.

Esta alianza entre la marca y los caballos, forjada desde los inicios de la empresa, quedó evidenciada el pasado fin de semana en el Saut Hermás, una de las competiciones ecuestres más desafiantes y prestigiosas del mundo y que es legendaria en el mundo ecuestre.

En esta se reunieron los mejores jinetes del planeta y volvieron, tras dos años de ausencia en ese recinto, para competir en el ‘Saut Hermès’, que tuvo lugar en el Grand Palais Éphémère de París, en el corazón de la capital francesa. Simon Delestre, ganador del Gran Premio en 2018 y 2019, se llevó la victoria con su caballo, 'Cayman Jolly Jumpe'.

Un artículo publicado en The Wall Street Journal y escrito por Sarah Spellings hizo referencia a la evento ecuestre, además de la estrecha relación entre la marca francesa y sus raíces de ensillamiento.

"Los caballos fueron el primer mercado de la marca de lujo francesa en 1837, cuando se abrió como fabricante de arneses. También son su musa original, sus inspiradores cierres inspirados en el estribor en bolsas, diseños sobre bufandas de seda y en el logotipo de caballo y transporte de la compañía. La semana pasada, esa conexión estuvo en exhibición vívida bajo el techo de cristal del Grand Palais, donde algunos de los mejores saltadores del mundo compitieron por rosetas de marca (y un gran premio de US$432.000)", se lee en el artículo.

"El Saut Hermás es una de las competiciones ecuestres más desafiantes del mundo, con obstáculos que alcanzan 1,60 metros, o justo por encima de 5 pies. (Saut, es francés para el "leap"). El evento de tres días también es una muestra de todo Hermes, un recordatorio de que además de vender bolsos, bufandas y abrigos, la marca sigue acomodando a los mejores jinetes. En una recesión de lujo, con muchas marcas ciclistas a través de ejecutivos y directores creativos, Hermés registró un aumento del 13% en las ventas en 2024 en comparación con 2023. Su poder está en su patrimonio, lo que atrae tanto a los deportistas como a los clientes de moda", agrega el escrito.

Y también menciona, "más conocido hoy por sus bufandas de colores y bolsos de cuero, Hermés sigue produciendo accesorios ecuestres. Vende $1,200 breeches, una caja de azúcar de US$460 y cuatro estilos de sillas de montar. Su métier inspira a la marca en otras categorías, como ropa de mujer, relojes y fragancia. Está despejado en los encantos de la bolsa de caballo de cuero, el reloj Galop d'Herms con forma de un estribo y las altas botas de equitación. Artesanos de varios departamentos vienen al Saut para reunirse con los pilotos ecuestres que son equipados por Hermés y proporcionar retroalimentación sobre los productos y ver la competencia".

*Con información de The Wall Street Jornal y Expansión