Influenza canina, enfermedad respiratoria que se contagia por partículas contaminadas

¿Ha pensado alguna vez que su perro puede contagiarse de una gripa parecida a la suya? Aunque no es el mismo patógeno, la influenza canina es una enfermedad respiratoria infecciosa vírica, cuya transmisión se da similar a nuestra gripa, por vía respiratoria mediante la expulsión de partículas del cuerpo contaminado.

Según la agencia nacional de salud pública de Estados Unidos, Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, CDC, por sus siglas en inglés, existen dos virus diferentes de la influenza canina que derivan de la influenza A: el H3N8 y el H3N2.

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Aunque tiene un cuadro clínico similar al de los seres humanos, representa una amenaza baja de convertirse en un patógeno de carácter vírico para nosotros. En los perros, la tasa de mortalidad es baja, sin embargo, se debe prevenir y tratar para evitar que desencadene en enfermedades graves como la neumonía.

¿Cómo detectarlo?

Pese a que depende de la gravedad y la carga viral que adquiera, dentro de los síntomas más asociados con este tipo de influenza se encuentra la secreción nasal y ocular, estornudos, tos, letargo y disminución del apetito.

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Además, en los casos más avanzados, se puede presentar anorexia en su mascota, depresión y neumonía por infección bacteriana secundaria. Cabe aclarar que, no todos los perros presentan los mismos síntomas, por lo que es menester que un experto médico realice el diagnóstico de la enfermedad.

“La mayoría de los perros se recupera dentro de las dos a tres semanas. Sin embargo, algunos pueden desarrollar infecciones bacterianas secundarias que provocan enfermedades más graves y neumonía”, precisó el informe de CDC.

Según Héctor Julián Romero, médico veterinario y CEO de Romvet Clinica Veterinaria, existen diferentes tipos de gripa o afecciones respiratorias que afectan a las mascotas. Al poseer características comunes con estas, es pertinente hacer pruebas de laboratorio.

Claves para su tratamiento

Una de las metas dentro de su tratamiento, además de ocupar medidas profilácticas, es para evitar su contagio y propagación con otros animales.

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“El tratamiento consiste, en gran medida, en cuidados paliativos que evitan que el perro se deshidrate y lo mantienen tranquilo mientras su cuerpo prepara la respuesta inmunitaria a la infección para facilitar su recuperación”, resaltó la agencia de Estados Unidos.

Dependiendo de los síntomas, su médico tratante podrá suministrarle fármacos para aliviar la congestión y eliminar la presencia del virus en el organismo de su mascota.

Como prevención, además de la vacuna, se puede suministrar una dieta que fortalezca su sistema inmune, así como llevar a cabo buenas prácticas de manejo de su entorno que incluyan protocolos de limpieza y desinfección que reduzcan el riesgo de su transmisión.