Por lo menos hasta finales de marzo el Gobierno estima que se sentirán los efectos del fenómeno de El Niño. En el campo, uno de los aspectos que más preocupa es la disminución en la intensidad de lluvias que entre otras cosas, ya están pasando factura a los 23 embalses del país que están en un nivel de 69%.
Ante una época con menos agua, pero igual de necesaria a cualquier temporada para mantener activos los cultivos, los sistemas de riego por su tecnología ven un aumento en sus ventas que se calcula en el sector de hasta 25% frente a periodos ordinarios.
“El objetivo del sistema de riego es remplazar la lluvia o complementarla para cuando no alcanza, si fuera más regular no habría necesidad de equipos de riego, por eso es que aparecen diferentes tipos de tecnología y cada cultivo según la zona en la que está o las cosechas que esté planeando tiene unos requerimientos distintos”, señaló Jaime Bernal, gerente de Aspercol.
Por lo anterior, desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se ha hecho un llamado a los agricultores que en temporadas de sequía tengan en cuenta ciertos parámetros para elegir el sistema de riego que más les conviene, pues según el organismo el desperdicio de 35% de agua que se produce en los cultivos del mundo, es por una mala selección de estas herramientas.
En el caso de América Latina, en 2017 la FAO señaló que más de 45% del agua se destinaba a la actividad agrícola, y en países como Colombia y Brasil era más de 50% por lo que los propietarios de los cultivos deben tener en cuenta más herramientas y actitudes que lleven a la reducción en el desperdicio del líquido vital.
Entre 2015 y 2018, llegaron nuevas tecnologías de riego, por lo que Agronegocios le muestra las diferencias entre cada uno de los siete modelos que hay.
Los sistemas que recomienda la FAO
Gravedad: el agua es captada y distribuida contando con la energía generada por el diferencial de altura entre el punto de captación y el área de regadío.
Energía motriz: el nivel del agua está por debajo del nivel del área de regadío y el líquido debe ser distribuido por un sistema de bombeo eléctrico o con combustible.
Sistema mixto: dependiendo de la ubicación de la fuente de agua y del área de regadío, es posible así que se combinen los dos sistemas anteriores.
El agua es distribuida superficialmente sobre el terreno de regadío, inundándolo totalmente o en partes. Según el cultivo se podría desperdiciar bastante agua.
Aspersión: el agua es distribuida a través de aspersores, los cuales producen gotas de agua de diferentes tamaños, imitando una precipitación natural con el contacto.
Micro aspersión: es una modificación del sistema de aspersión tradicional que permite asperjar el agua a poca distancia de la planta y de manera localizada.
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