No descuide la limpieza de los cascos de los caballos, pues son un pilar importante

En el mundo ecuestre se afirma la importancia que tienen los cascos para un caballo, el equivalente a su salud y rendimiento. Un cuidado adecuado de estos no solo garantiza el bienestar del caballo, sino que también previene enfermedades que pueden comprometer la calidad de su vida.

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Es bien sabido que los cascos de los caballos soportan constantemente el peso del animal, por ende están expuestos a diversas superficies y condiciones ambientales. Por lo que si el mantenimiento es deficiente se puede desencadenar una serie de infecciones que, si se propagan, afectan órganos vitales del equino.De modo que es esencial que usted como propietario esté pendiente de la higiene y limpieza de esta parte de los cascos.

La negligencia en el cuidado de los cascos puede conducir a varias patologías. La infosura es una de ellas, que es caracterizada por inflamar la dermis del caso, que queda detrás del estuche córneo, lo que provoca dolor, cojera y una marcha rígida.

Mientras que las úlceras y abscesos son otra patología que se puede desarrollar ante el mal aseo de los cascos de su cabello. Estas lesiones pueden surgir por traumatismo o incrustamiento de un cuerpo extraño en el casco y se manifiesta con inflamación, dolor y en algunas ocasiones supuración.

Además de provocar en caso extremo la podredumbre de la ranilla, la cual se caracteriza por la descomposición del tejido, generalmente debido a condiciones de humedad excesiva y falta de higiene. Los caballos afectados presentan un olor fétido en la zona y pueden mostrar sensibilidad al caminar.

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Es por esto que para garantizar la salud de los cascos y evitar afectaciones se recomienda una limpieza diaria utilizando limpiacascos para eliminar piedras, barro y otros residuos que puedan incrustarse. A su vez, realizar recortes regulares con un herrador profesional cada 4 a 8 semanas es esencial para equilibrar los cascos, prevenir deformidades y asegurar una correcta alineación de los mismos.

No está de más seleccionar superficies adecuadas, evitando terrenos extremadamente duros o resbaladizos que puedan causar lesiones o desgaste excesivo, aparte de contar con una alimentación balanceada que favorezca el crecimiento y fortalezca el casco, incluyendo suplementos específicos si es necesario.

Pero la mejor forma de prevenir es supervisar constantemente, pues permite identificar signos de daño, calor excesivo o humedad, y actuar de inmediato ante cualquier anomalía. Debe tener en cuenta que el cuidado de los cascos es una responsabilidad ineludible para cualquier cuidador o propietario de caballos. Una atención diligente y preventiva no solo garantiza la movilidad y el rendimiento del animal, sino que también previene complicaciones graves.