Debemos diversificar las exportaciones agropecuarias

Uno de los mayores retos que tiene el sector agropecuario en el rubro de las exportaciones es diversificar los productos que se envían al exterior. Aunque somos conocidos por ser un país competitivo en banano, café y, en los últimos años, en aguacate hass, existen frutas que pueden conquistar diferentes mercados en otros continentes.

Durante el año pasado las frutas frescas contribuyeron de manera importante a las exportaciones no minero-energéticas, con una participación de 7% del total. Aunque el crecimiento de estos productos fue de 4,7% si se compara con 2021, el verdadero problema radica en que solo cinco cultivos representan 93% de los envíos al exterior.

Esos productos fueron banano, aguacate hass, plátano, limón Tahití y gulupa. Las ventas externas de estas frutas frescas, según el Dane, alcanzaron US$1.476 millones.

De la participación total, el banano ocupó 66%, seguido del aguacate hass (12,1%), plátano (6,3%), limón Tahití (5,5%) y gulupa (3,3%).

A pesar de que en 2023, hubo un crecimiento importante en el valor exportado en productos como el limón Tahití (66%), plátanos (15,6%), gulupa (15,6%), maracuyá (20,2%), mango (43,5%), frambuesa (19,5%) y uvas secas (3,2%), falta una mayor oferta para exportar.

Aunque estos cultivos tienen una gran recepción en los mercados internacionales, aún falta un largo camino para poner otro tipo de frutas en las tiendas de otros países.

Para lograr una mayor oferta de productos, el Gobierno debe trabajar junto al sector privado, para que las autoridades sanitarias determinen los requisitos para el ingreso en otros países.

Este año, por ejemplo, ya se logró la admisibilidad para exportar arándanos al mercado canadiense. Pese a que es un cultivo de apenas unas 500 hectáreas en todo el país, tiene un alto consumo per cápita en la región norteamericana.