Colombia, uno de los países con más especies de agave, la planta utilizada para fabricar tequila

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Siete plantas nativas de agave y tres naturalizadas (introducidas) han sido documentadas en distintas regiones de Colombia. Según el doctor en Botánica Diego Giraldo Cañas, profesor del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, las diez especies encontradas en el territorio nacional, posicionan al país como el más rico en agaves de la región.

La especie que también es conocida bajo los nombres de fique, maguey, motua o penca, se encuentra en varios departamentos de Colombia: Cundinamarca, Boyacá, Huila, Cesar, La Guajira, Magdalena, Santander, Antioquia y Valle del Cauca, apuntó el docente.

Giraldo, quien ha desarrollado distintas exploraciones por zonas secas de montañas en el país, mencionó que la primera especie registrada fue el Agave sisalana Perrine, especie que florece principalmente en la península de Yucatán, México, la cual se relaciona morfológicamente con el Agave fourcroydes Lem. y Agave pax Giraldo-Cañas, acorde a los resultados del segundo registro realizado.

Asimismo se ha descubierto el Agave sylvesteriana, el cual es endémica de una pequeña área de la cordillera Oriental andina de Colombia y pertenece al subgénero Agave; es fenotípicamente similar a Agave congesta Gentry (con alta siembra en el estado de Chiapas, México) y según los lineamientos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se ubica en la categoría “en peligro”.

Especie poco estudiada

El agave es un género de plata estrictamente americano, y el 70% de su diversificación se encuentra en México, teniendo su distribución natural desde el sur de Estados Unidos hasta Suramérica. Pese a esto, en Colombia se considera una especie poco estudiada, lo que afirma la idea de que aún falta indagar y conocer el inventario vegetal del país, ya que se siguen descubriendo numerosos grupos de especies con distintos patrones evolutivos, comentó el profesor.

Los usos que puede tener esta planta van desde los alimenticios (tanto para animales como para humanos), artesanales, combustible, insumos para construcción, producción de licores, jarabes y siropes, tecnológicos y hasta medicinales, donde las propiedades de dicha planta pueden hasta reducir los niveles de glucosa en la sangre y aumentar la cantidad de insulina, según un estudio del Centro de Investigación y Estudios Avanzados en Biotecnología y Bioquímica en Irapuato, México.

El profesor Giraldo destaca además que en Colombia no se ha documentado el cultivo de estas especies, como sí ocurre en México, y en Suramérica solo se conocen amplios cultivos en Brasil, donde se aprovecha para la producción de fique.

El docente continúa con su proyecto de investigación con el fin de documentar este tipo de especies, las cuales ofrecen muchas potencialidades para obtener fibras, para jardines externos, como cercas vivas y como elementos que brindan servicios ambientales asociados con recuperación de suelos y estabilización de laderas y pendientes.