Comentarios Álvaro Ernesto Palacio Peláez

Reflexiones: Colombia agropecuaria

26 de febrero de 2025
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El mundo dice que Colombia por su ubicación geográfica, su biodiversidad, su extensión territorial y su abundante sistema hídrico, debería ser una potencia en el sector agrícola, pero no lo es. Bajo esta premisa, la pregunta sería: ¿por qué entonces, no ha alcanzado esa potencia? En lugar de buscar culpables, indaguemos algunas de las razones que han impedido el desarrollo del sector agropecuario colombiano.

Una primera realidad es la planificación del sector, que debe definir, como mínimo, qué cultivos priorizar y para qué mercados: nacional, internacional y transformación. Para ello, es esencial realizar un análisis de inteligencia de mercados, explorar nuevos negocios y diversificar los cultivos. Asimismo, se debe determinar qué áreas son más adecuadas para cada línea productiva para así satisfacer las necesidades de calidad, cantidad y continuidad.

La segunda realidad, son los modelos productivos que se requieren establecer para estar en sintonía, no solo con la exigencia de los mercados, sino también con la salud del consumidor y el cuidado del medio ambiente.

La tercera realidad, es la competitividad y la sostenibilidad de la producción, dos factores que están directamente relacionados con los costos de producción y, por ende, con la rentabilidad. Este último tan importante que ha provocado, entre otros aspectos, que las personas abandonen el campo debido a su falta de sustentabilidad.

La cuarta realidad radica en el conocimiento especializado que productores e inversionistas deben poseer antes de iniciar cualquier actividad agropecuaria.

Como productor agropecuario y partiendo del análisis que hago a todo el sistema productivo, observo que, si bien somos trabajadores incansables y resilientes, a menudo carecemos de conocimiento sobre la relación entre las plantas y los animales (especialmente con los polinizadores); eso sin contar con el suelo, que es biología y química; es decir, ¿qué sabemos de la edafología como ciencia que estudia los suelos en su composición y su relación directa con las plantas? La respuesta suele ser: poco o nada.

Tanto inversionistas como productores requieren asistencia técnica especializada. Sin embargo, a menudo contratan "expertos" que los guían sin considerar sus necesidades específicas, la planificación de la siembra, el manejo del cultivo o la cosecha. Esto los conduce a costos de producción elevados y compromete la inocuidad y sostenibilidad de sus productos.

Según datos del Dane (2014), el 85% de los productores carece de asistencia técnica, lo que los obliga a recurrir a casas comerciales en busca de productos para controlar las plagas y enfermedades. Esto genera sobrecostos y un manejo inadecuado de los recursos naturales.

Hoy, con el modelo que existe en Colombia y en el mundo para el sector, que es la Revolución Verde, también llamada modelo convencional, se han generado impactos ambientales negativos. Los suelos se han desertificado y las plagas y las enfermedades se han incrementado y se han vuelto más difíciles de controlar. Como resultado, se han elevado los costos de producción y debilitado el bienestar de las familias productoras.

Para que Colombia sea potencia desde sus campos, es fundamental reconocer el valor de todas las personas que trabajan produciendo alimentos, proporcionándoles conocimiento apropiado para la producción, más allá de la compra de insumos. Se deben establecer modelos propios, que cumplan con las expectativas de los productores, que sean eficaces y eficientes, que estén acordes con las necesidades del consumidor final y de los mercados. Finalmente se requiere implementar un sistema de información en tiempo real sobre siembras y cosechas.

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