Remolacha forrajera, una dieta para mejorar la productividad del hato bovino lechero

Una prioridad de la explotación ganadera dedicada a la lechería o la ceba, debe ser el alimento necesario para las reses. Todo criador o productor, sin importar la escala extensiva de su hato bovino, puede implementar dietas alternativas para nutrir a las vacas y mejorar la productividad y recolecta de los lácteos. Esto, a partir de cultivos como el trigo, colza, avena, o la remolacha forrajera, que se pueden ensilar o ponerse en henolaje para alimentar a los animales.

Según explicó Javier Andrés Arévalo en su tesis de grado, de la Facultad de Administración de Empresas Agropecuarias de la Universidad de la Salle, el henolaje es un sistema productivo de conservación que consiste en el enrollamiento del forraje con contenido de humedad cercano a 50%, para ser envuelto en polietileno o en bolsas auto ajustables, impidiendo el pasaje del aire hacia el interior y provocando una fermentación anaeróbica.

Ricardo Roldán, un propietario de una finca ubicada en Cota, Cundinamarca, desarrolló un henolaje a partir de alfalfa y remolacha forrajera. La primera de ellas es una especie de planta perteneciente a la familia de las leguminosas, mientras que la segunda es consumida como verdura, aunque tiene otros usos en materia agroindustrial.

Esta alternativa da garantías nutricionales al ser altamente rica en azúcares, lo que le permite cumplir un rol de suplementación del hato bovino de lechería. Tiene resistencia a las temporadas heladas y puede ser sembrada en pequeñas porciones de tierra.

La remolacha forrajera se puede cultivar como cualquier hortaliza; se compran las plántulas, se siembran, se hacen las camas y se riega con una buena cantidad de agua. Para que germine y llegue a un estado de madurez óptima no requiere de un tiempo superior a los cinco meses. Entre otras ventajas esta verdura es más resistente que plantas como la acelga o la lechuga.

Los productores pueden dar este suplemento al hato bovino de lechería con base a este cultivo de varias formas: picándolo, transformándolo en el henolaje y/o dejándolo en fermentación en estado sólido. Esta última permite que se sustituya en casi 70% el concentrado por el aumento de los porcentajes de proteína.