Industria

Los factores que impulsaron a la Piscícola Botero a exportar tilapia a Estados Unidos

El promedio de exportación semanal a EE.UU. son 70 toneladas de pescado que es cultivado en tierra en piscinas de una hectárea
Karen Pinto Duitama
18 de mayo de 2022

En 1995, Efraín Botero comenzó a producir tilapia con jaulas improvisadas en la represa Betania. La comercializaba en Bogotá, y al ser una especie desconocida para la época, la vendía explicando que era pargo rojo u otro pescado.

Su hijo Brian Botero, quien hoy es el coordinador de exportaciones de la empresa fundada por su padre, Piscícola Botero, aclaró que en ese momento no había infraestructura desarrollada para la acuicultura a comparación del nivel de sofisticación que han alcanzado con el pasar de los años y a las innovaciones que están implementando.

Entre 2000 y 2008 el negocio se frenó debido a hechos de violencia que generaron que Efraín Botero se fuera del país. Al regresar llegó con la visión de exportar, y para esto iniciaron la producción en tierra ya que en la represa Betania las áreas para cultivo eran limitadas. En 2009 la Piscícola Botero construyó una sala de proceso para cumplir con estándares de calidad como los del Invima y el Haccp y tener la certificación para exportar.

Gráfico LR

“Nos dimos cuenta que en este negocio el que se lleva el mayor porcentaje de rentabilidad es el comerciante. Como productores, tenemos que asumir el riesgo de que el pescado cumpla un kilogramo y pueden pasar hasta ocho meses, entonces a la medida que íbamos creciendo en producción, vimos una alternativa de exportar a Miami”, explicó Brian Botero, quien precisó que hoy en día solo hay cinco salas en el país que pueden exportar, y una de estas, es de la empresa.

LOS CONTRASTES

  • César Pinzón Director Federación Nacional de Acuicultores

    “Las exportaciones cada vez se posicionan más en el mercado internacional, porque tenemos cómo mostrar calidad y que somos sostenibles”.

  • Brian Botero Coordinador de exportaciones de Piscícola Botero

    “También tenemos un mercado nacional en el cual las grandes cadenas de supermercados nos han abierto las puertas”.

“Nos dimos cuenta que en este negocio el que se lleva el mayor porcentaje de rentabilidad es el comerciante. Como productores, tenemos que asumir el riesgo de que el pescado cumpla un kilogramo y pueden pasar hasta ocho meses, entonces a la medida que íbamos creciendo en producción, vimos una alternativa de exportar a Miami”, explicó Brian Botero, quien precisó que hoy en día solo hay cinco salas en el país que pueden exportar, y una de estas, es de la empresa.

En 2019 la empresa llegó a un punto en el que el nivel de las ventas ni subía ni bajaba, pero en 2020 todo cambió: “Lo que nos impulsó las ventas en Estados Unidos fue la pandemia del covid-19. Fue un acelerador ya que, afortunadamente, la ruta Bogotá - Miami no se vio afectada. En ese momento teníamos mucho pescado, necesitamos buscar los clientes, y hoy es el momento en el que necesitamos más pescado para cumplir con las ventas”, indicó Brian Botero.

Tienen dos líneas de exportación: el pescado fresco, que tiene una vida útil que oscila entre 10 y 14 días; y el congelado, que requiere mayor inversión en energía, infraestructura y maquinaria. A su vez, hay dos mercados, el de filetes y el del pescado entero que puede ser de tilapia negra o roja, la cual se produce para el nicho de la población asiática en EE.UU.

Justo en este país es donde se ha centrado la exportación, y sus competidores no son los nacionales, ya que la mayoría de los productores del Huila le venden a la misma comercializadora, RedFishCo. La competencia son países como México, Honduras y Costa Rica, ya que en comparación, el producto puede salir más costoso que los provenientes de Centroamérica, dado el costo de transporte y logística más elevado.

Adicionalmente, la Piscícola Botero inició un plan de expansión en Perú ya que allí tienen una comercializadora propia y de acuerdo con Botero “es el país de Suramérica con mayor consumo per cápita de tilapia”.

El presidente de la compañía es Oscar Botero, uno de los hijos de Efraín; la empresa genera más de 400 empleos, y tiene 30% de la producción en la represa y 70% en tierra, en granjas y fincas. Del total de la producción, 85% se exporta y 15% va para el mercado nacional.

Durante 2022 han importado genética de peces que crecen más rápido para mejorar la producción, "estamos apostando a la academia, a la investigación y aunque es una inversión demasiado alta (US$100.000) hemos visto resultados", señaló Botero.

Para lo que queda del año trabajarán en adquirir equipos de frío y ampliar la sala de procesos, ya que en 2021 llegaron a un punto donde tenían que tercerizar el proceso. También invertirán en un sistema de producción que controla la reproducción de los peces.

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