Prohibición de exportaciones de ganado bovino en pie afectaría a 350.000 familias

En los últimos días se conoció que la senadora Andrea Padilla Villarraga, militante del Partido Verde, radicó un proyecto de ley ante el Congreso de la República el cual prohibiría de manera progresiva la exportación marítima de animales de en pie con fines de consumo, entre otras disposiciones.

El objeto de la presente ley tiene dos objetivos principales; el primero, “erradicar el sufrimiento extremo e innecesario que se les causa a los animales que son exportados vivos o en pie por vía marítima, con fines de consumo, y proteger la moral pública y social relativa al cuidado de todos los seres vivos sintientes”, según dice el proyecto de ley.

El segundo objetivo, según lo argumentado, es beneficiar a los productores colombianos, pues la exportación de animales vivos tiene efectos económicos negativos por tres vías; la pérdida del valor agregado para la economía nacional; la pérdida de recursos fiscales y parafiscales, ya que cada animal exportado vivo implica una disminución de los recursos del Fondo Nacional del Ganado y del impuesto de Degüello Departamental; y la pérdida de empleos directos e indirectos en toda la cadena de producción, en actividades como el transporte, manejo y sacrificio de los animales.

Álvaro Urrea, presidente de la Asociación de Frigoríficos de Colombia, explicó que la exportación de animales en pie ha causado una disminución de 8,4% en el consumo interno de carne de res, debido al desabastecimiento de ganado y el alto costo de la carne.

En contraste, José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegan), aseguró que la limitación o prohibición de exportaciones de ganado bovino en pie afectaría cerca de 350.000 familias ganaderas. “En el primer semestre de este año, las exportaciones de ganado en pie aportaron la cifra de US$198,6 millones a la canasta exportadora colombiana y que el total de las ventas internacionales, carne y novillos vivos, llegaron a US$285,4 millones”, explicó.

El comercio que se explica con relación a este negocio tiene que ver con las empresas transportadoras, la contratación de veterinarias, predios destinados a exportación, venta de combustibles, entre otros.

Cifras de Fedegan aseguran que los movimientos a lo largo de la cadena productiva pueden variar entre $850.000 millones a $950.000 millones, cerca de $1 billón en cada anualidad.

Uno de los argumentos que contrastan el proyecto de ley es que las economías fuertes ganaderas siguen exportando animales de pie, tal como lo hacen Uruguay, Brasil, entre otros países de la región, que potencian al productor primario.

“Nosotros, con el precio del novillo gordo, mantenemos una buena dinámica internacional. Si uno mira las curvas de precios en Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Paraguay, Estados Unidos y Australia, sin excepción, el precio del novillo subió de manera idéntica desde mediados de 2020 y ha empezado a bajar igual que en Colombia”, concluyó.