Alex Cano Ocampo: el Messi de los chalanes, toda una leyenda en el mundo equino

Alex Armando Cano Ocampo tiene 47 años y ya es una leyenda de la chalanería. En el mundo equino es uno de los personajes más admirados, si no el más, ganador de múltiples competencias, desde las nacionales equinas y llegando hasta las mundiales, eventos en los que con el prodigioso ‘Kaín de mi Capricho’ y otros tantos, también leyendas, han deleitado a todos. El Messi del oficio. Su palmarés es impresionante, 225 títulos: triunfó en un campeonato mundial, 18 campeonatos nacionales, 181 campeonatos grado A y 25 campeonatos grado B, de acuerdo con los registros de Fedequinas.

Es una delicia verlo montando a ‘Kaín de mi Capricho’, un caballo que como él mismo dice, está partiendo la historia. “La calidad de ‘Kaín’ más grande es que ese es un león. Cuando usted necesita buscarlo ahí está”, cuenta, orgulloso, Alex. El criadero La Ilusión, en Rionegro (Antioquia), de donde es administrador y una figura fundamental en todo su proceso, adquirió a ‘Kaín de mi Capricho’ en 2016 y, según Cano, era un potro que no había ganado competencias y ahora es mucho más que un referente.

Pero no es solo lo que ha hecho con este ejemplar, más de uno ha pasado por sus manos y de ahí su éxito, ganando todo lo que le atraviese y arrasando en las ferias con otros caballos a los que ha montado. Con su trabajo ha ganado buen dinero y sacado a su familia adelante, “estamos realizados porque se han tenido muchas cosas, se ha podido tener su casita, su tierrita...”.

Cuando Cano, un hombre humilde y muy afable se monta en un caballo se agiganta. Él habla de los que han marcado su carrera, dice que “han sido muchos, pero el caballo que me enseñó a mí que yo sí era capaz de arreglar un caballo, que sí era capaz de irme a la pelea con chalanes de alto reconocimiento, fue ‘Encanto’. Ese caballo me enseñó a mí demasiadas cosas, porque cuando lo hice comprar tenía la responsabilidad, pero fue un caballo que me dio todo en la vida. Y yo trabajando y queriéndolo se lo di todo también a él, marcó mi historia de por vida”.

Su amor por los caballos le llegó de su abuelo y sus tíos en su Marinilla del alma, donde se obsesionó tanto que uno de sus sueños era ser caporal de una finca en los Llanos Orientales, pues siempre estuvieron rodeados de ganado. Alex cuenta que el único recuerdo que tiene de su infancia es estar rodeado de caballos, arriándolos cuando apenas tenía nueva años, todo giraba en torno a ellos.

Muchos años después llegó del todo al mundo de la chalanería por su padrino, el fallecido exministro de Transporte Andrés Uriel Gallego, que tenía unos caballos muy buenos y apoyó a Cano en todo. Allí, con su padrino, tuvo la fortuna de trabajar con otra leyenda de la chalanería, Gonzalo Franco, el único chalán en Colombia con más fuera de concurso que ha sacado el caballo criollo colombiano. Ahí comenzó su historia llena de éxitos por todos lados que destacan los expertos.

Como Héctor José Vergara, presidente de Fedequinas, quien dice que “la importancia de Alex Cano ha sido total, mayúscula. Porque con su conocimiento, con su talento, ha ayudado a evolucionar la manera como se ha desarrollado, como se muestra nuestro caballo hoy en las pistas. Por sus manos han pasado ejemplares de una importancia absoluta para nuestro gremio y él ha potencializado esas virtudes de ese caballo. Hoy es ese referente, muchos chalanes sueñan ser como él, y eso es bonito porque ha hecho historia dentro del gremio”.

Cuando se le pregunta, para finalizar, a Cano cuál es su sueño dice, reflejando el gran ser humano que es, que le dé más buenos caballos para que se pueda entender con ellos, “para seguir viviendo este amor, esta pasión y esta dedicación por los caballos” . Y claro, lo más importante, seguir al lado de su familia, esposa y dos hijas, que tanto ama.

“Un chalán debe tener amor, pasión, dedicación y disciplina”

Alex Cano habla de su carrera y la importancia que han tenido los caballos en su vida, una profesión que dice que lo marcará por siempre y a la que ama profundamente.

Lo mejor de ser chalán...

Soy un privilegiado porque he tenido la oportunidad de arreglar, de armar, de criar, de desarrollar como criador, como montador y como expositor unos caballos que han sido insignia, no en Colombia, sino en el mundo entero. Han sido caballos que no me los han comprado, sino que en el criadero donde trabajo me dan la oportunidad de ser como el encargado de todo y desarrollaba sus cruces, que dieron unas yeguas con unos caballos buenos, y unos animales que en Colombia y en el mundo fueron y siguen siendo caballos que están dando la pelea como caballos de paso.

Ser chalán es algo muy bonito porque saber que usted cría un caballo, que usted lo desarrolla, un potro, una potranca, que lo arrienda, que lo arregla, lo lleva a la feria y es el máximo exponente en su andar a nivel mundial. Es un honor muy grande, una gloria que Dios lo privilegia a uno. Ser chalán va a ser el mayor amor mío, el mayor anhelo que voy a seguir y tendré hasta que muera.

¿Cuáles son las características que debe tener un chalán?

Debe ser ese ser humano que está haciendo su trabajo con amor y pasión. Obviamente que todos necesitamos la platica para mercar, para pagar arriendo, para sus deudas personales, pero la primera característica que debe tener un chalán es amor, pasión, dedicación y disciplina. Es saber que con los caballos es como con un hijo, que cuando se tienen los hijos hay veces ni se puede dormir pensando en el futuro de ellos.

¿Cree que le falta algo en el oficio por ganar?

Soy bendecido. No creo que me falte nada por ganar porque he sido campeón nacional en trote y galope, campeón nacional en hembras y machos con trochadores galoperos, campeón nacional con finos, y en los trochadores fui campeón nacional muchos años consecutivamente. Lo que me queda es que Dios me dé vida para seguir disfrutando esta pasión, este amor tan bonito por los caballos y si hablamos internacionalmente también he tenido la fortuna de competir por fuera y ser campeón en Estados Unidos.

Lo único que me queda por hacer es seguir disfrutando mi arte, mi pasión, mi amor por los caballos, seguir con la misma dedicación y perseverando, que sea capaz de entenderme con ellos, porque creo que todavía me quedan muchos años para disfrutar. Hay veces las personas que salen por ganar no son capaces de ganar nada, yo creo que uno va con la pasión y el amor y la dedicación a su arte por delante, y eso es clave.

¿Cómo se logra esa conexión con el caballo?

La conexión con el caballo se basa sobre lo que uno es. El amor, el cariño, el respeto, la dedicación, la comprensión que tenga usted para dedicarle cierto tiempo del día a un caballo, y no por un día, sino por días y quizás hasta por años.

Si se compagina bien con un caballo, sabe cifrar un caballo, por bueno o malo que sea, cuando el caballo logra a que se sienta bien con usted, con su mano, con su trato, con el logro que puede llegar a ese caballo, hay caballos que ni uno mismo se imagina a qué punto los puede llevar, sean trotones, trochadores, finos o trochadores galoperos. Hay animales que cuando se arreglan, cuando se llevan a un punto máximo, son animales que dan una vuelta que ni uno mismo se creía.

Nueva generación de chalanes

Alex también habla de la nueva generación de chalanes que viene siguiendo su camino. “Sí hay muchos chalanes, yo creo que a la vuelta de cinco años va a haber una generación muy bonita. Hay unos muchachos que ya saben arreglar muy bien un caballo, que saben entender muy bien un caballo en las ferias y que son muy disciplinados”.