Del campo a la Filbo

Si hay un cultivo que en los últimos años nos ha unido con los pequeños productores de Atlántico y Magdalena es el fríjol guandúl, al que algunos llaman huérfano y otros olvidado. Y nos ha unido porque el guandúl es símbolo de resistencia y de arraigo en las costumbres de los mayores, que nos han heredado la misión de no dejarlo desaparecer y de resguardar nuestras raíces.

El guandúl ha resurgido, como el ave fénix, con un grupo de investigadores del Centro de Investigación Caribia, que le ha puesto alma, vida y corazón, para trabajar de la mano de los guandicultores y que este siga siendo alimento básico en la dieta local de familias campesinas, porque en esta leguminosa, definitivamente, todas sus características son bondades.

De la huerta, los patios, los bosques, los campos de Colombia, los guandicultores y la ciencia misma, han salido en los últimos meses publicaciones editoriales acerca de este cultivo y a una de ellas me quiero referir: el manual técnico para la producción de semilla de guandul (Cajanus cajan (L.) Huth) en Colombia, un trabajo realizado a partir del ejercicio de investigación y recuperación de la memoria sobre el proceso de producción de guandul a través del Plan Nacional de Semillas, con el cual Agrosavia inició la construcción del soporte técnico, que labrará el futuro de esta especie entre los sistemas productivos multipropósito de la nación.

Este manual, por primera vez, estará siendo presentado en la FILBo 2023, en el Pabellón Colombia, stand 155, piso 2 de Corferias en Bogotá. Allí, Agrosavia pone disposición del lector esta obra, que posiciona la semilla como elemento vital para el éxito de la producción agropecuaria, con las pautas necesarias para que empecemos a guandulear, fortaleciendo los sistemas locales de producción de semilla, y con el propósito de abastecer el sistema nacional de semillas de acuerdo con las regulaciones colombianas.

Vale la pena entonces conocer un poco más de este cultivo, de cómo se ha convertido en una alternativa para la seguridad alimentaria en la Región Caribe. Es que la historia del guandúl, que ya conté en otra columna para este diario, es su historia, la mía y la de nuestros ancestros. Por eso, el objetivo que tienen instituciones como esta es claro: que esta especie prevalezca aún en las mesas colombianas para que siga siendo testimonio inconmensurable de vida, tradiciones y culturas milenarias y que la sociedad cada día más se apropie de esta especie.