Los menonitas y su relación con el agro

Los menonitas, también conocidos como los seguidores de Menno, un sacerdote católico de Países Bajos quien se apartó del clero en 1543 para unirse a un grupo de protestantes alemanes, son una comunidad religiosa que se asentó entre los siglos XVII y XIX principalmente en Europa occidental; sin embargo, debido a las múltiples persecuciones religiosas de las que fueron víctimas, algunos se dispersaron por Europa Oriental y otros migraron hacía Norteamérica.

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Ya en el siglo XX, fueron ocupando territorios hacía el sur del continente, concretamente en Argentina, Brasil, Uruguay, Belice, Bolivia, Colombia, México, Perú y Paraguay.

Una de sus características principales es su fuerte vínculo con la agricultura por ser su principal actividad económica. De hecho, su conocimiento durante siglos trabajando en el campo para sobrevivir, les ha permitido tener altos niveles de productividad que se reflejan en los lugares donde se asientan actualmente sus colonias. Para resaltar, hoy cuentan con una presencia importante en Paraguay y Bolivia, a través de la producción de carne bovina; o en el norte de México, como un jugador importante de la industria de los lácteos.

La importancia que le den al agro se refleja en su cosmovisión y estilo de vida, pues basan su relación con Dios trabajando en el campo. En otras palabras, es la forma como ellos entienden que puedan agradar a Dios.

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Sus cultivos se concentran principalmente en la producción de alimentos como soya, fríjol, maíz, arroz, hortalizas, tomates y frutas o de plantas oleaginosas como el girasol.Asimismo, a su actividad agrícola hay que sumarle la ganadería enfocada en la producción de leche y el criadero de pollos, cerdos y demás bovinos, donde también son muy fuertes.

En el país están representados a través de la Iglesia Menonita y de los Hermanos Menonitas, quienes están presentes desde 1947 en el territorio nacional por medio de actividades evangelísticas, sociales y humanitarias. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los menonitas tienen diferentes corrientes en el mundo.

En 2016, llegaron a Puerto Gaitán, municipio del Meta, y ya hay alrededor de 150 familias, pero son un grupo diferente del que aterrizó a mediados del siglo XX.

Una de sus principales ventajas para asentarse en Colombia y no en otras naciones de la región, es que en el país llueve mucho más, lo que les facilita la producción de cultivos sin la necesidad de bombear agua subterránea.

Según su líder, Nicolás Wall, desde que llegaron a esas tierras, “la producción de maíz y soya se ha incrementado de forma importante, pasando de cuatro a siete toneladas por hectárea”, cifra no menor si se tiene en cuenta que por años estas tierras estuvieron lejos de cualquier inversión por los costos que representaba combatir la acidez de sus suelos.

Es importante anotar que la agricultura en este territorio no es exclusiva de los menonitas, pues también se han convertido en una fuente de empleo impactando a personas externas que les ayuden en los cultivos y realizando otras actividades relacionadas con construcción de graneros y el mantenimiento de maquinaria.

Por último , vale resaltar que, si bien los menonitas han contribuido al desarrollo del agro con la tecnificación del campo, también han recibido denuncias por malas prácticas ambientales como las talas de bosques y la contaminación de fuentes hídricas.