El Caballo Criollo Colombiano de Paso, patrimonio genético nacional

Hablar del Caballo Criollo Colombiano de paso, CCC, es hablar de una pasión desmedida por un ejemplar único, forjado desde antaño a través de sueños e ilusiones de criadores colombianos, que lo han llevado a ser reconocido en el mundo por su suavidad, naturalidad, gran fortaleza y alto rendimiento competitivo en sus cuatro andares: Trote y galope colombianos, Trocha y Galope colombianos, Trocha colombiana y Paso Fino colombiano.

Para llegar a nuestros días, el CCC de paso se fue delineado a imagen y semejanza de un país de regiones con topografía disímiles, que aportaron a esos pocos cientos de ejemplares algunos de raza “Haca”, de baja alzada, contextura compacta y gran resistencia para el trabajo duro, otros de los denominados “comunes”, de baja calidad y variada morfología, que acompañaron a los españoles en el segundo viaje de Cristóbal Colón, desde el año 1493, en la dominación de las vastas tierras americanas, un conjunto de elementos valiosos que forjaron un caballo singular que se expresa a través de dos razas: los que se mueven por laterales (Paso Fino Colombiano) y los que se mueven por diagonales (Trote y Galope colombianos, Trocha y Galope colombianos y Trocha colombiana).

En un resumen respetuoso, el Paso Fino Colombiano con cerca de 160 años de historia documentada, se consolida como la primera raza del CCC de paso, dotada de características genéticas, morfológicas y funcionales, con un origen común, un patrón racial similar, una genética homogénea y holotipos exclusivos que lo distinguen de las demás razas equinas en el mundo; hoy, declarado patrimonio genético nacional por Congreso de la República de Colombia, mediante la Ley 1842 de 2017, con el fin de exaltar su existencia, salvaguardar su genética y protegerla como raza desarrollada en Colombia por colombianos.

La segunda raza del CCC de paso, encuentra en los años 60 del siglo pasado, con el caballo Don Danilo, su momento disruptivo; en donde través de una selección rigurosa, realizada por más de cuatro décadas se conforman tres andares autóctonos y transfronterizos, consolidados como Diagonales Colombianos.

Hoy, nos encontramos ad portas de lograr que se reconozca esta raza como patrimonio genético nacional, a falta de tan solo un debate en la Plenaria del Senado de la República, gracias a un proyecto de Ley que construimos en Fedequinas, el cual fue acogido por más de 40 congresistas, entre senadores y representantes a la cámara de diferentes corrientes políticas, donde destaco el trabajo realizado por el Representante a la Cámara Dr. Christian Garcés, autor del Proyecto de Ley, como también el papel fundamental que han realizado el representante a la Cámara Dr. Juan Espinal y la Senadora Dra. Yenny Rozo Zambrano, ponentes del proyecto tanto en Cámara de Representantes como en el Senado de la República respectivamente; a quienes desde aquí agradezco inmensamente en nombre del gremio equino colombiano todo el acompañamiento y disposición que hemos tenido con esta iniciativa.

Este proyecto de Ley, además de dignificar el patrimonio genético de nuestros andares diagonales, como ya sucedió con el Paso Fino Colombiano, reconocerá la labor titánica que realizan los mas de 90.000 propietarios de ejemplares que existen en nuestro país, los cuales son el motor fundamental de una industria equina activa durante los 12 meses del año, donde se realizan en promedio anualmente 160 exposiciones equinas que impactan directamente economías populares en 19 departamentos de nuestro país, impactando así alrededor de 480.000 empleos entre directos e indirectos, de acuerdo a los datos que manejamos en la Federación.

Seguiremos desde la Federación fomentando y promocionando la raza del Caballo Criollo Colombiano de paso en sus cuatro andares, una raza consolidada, moldeada y evolucionada por criadores colombianos, que han forjado a un ejemplar único en el mundo; que además de todas las alegrías que nos regala, representa con orgullo la identidad de todos los colombianos.