Agro

Tres métodos experimentales lograron incrementar la producción de semillas en yuca

En el mundo se produce en más de 100 países tropicales. En 2012 la la cosecha mundial ascendió a 280 millones de toneladas
Anderson Urrego
26 de abril de 2021
Corpoica

La estimulación con luz roja, poda temprana de ramas y la aplicación de hormonas fueron los tres procesos experimentales que demostraron agilizar el tiempo para obtener semillas de yuca y aumentar significativamente su producción.

Así lo señala la ingeniera agrónoma Marcela Pineda Vargas en su tesis para la maestría en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia, sede Palmira, y explica que “al unir los tres tratamientos en este método, que se puede implementar en programas de mejoramiento de esta especie alrededor del mundo, se logró disminuir el tiempo en que obtenemos semillas en plantas que sí florecen, y garantizar semillas en las que no lo hacían y no se podían incluir en programas de mejoramiento”.

Adicionó que “aunque el productor quiere una planta de yuca sin ramas para manejar mejor su campo y su cultivo, el mejoramiento de especies requiere plantas con ramificaciones porque en la intersección de estas es donde crecen las flores, necesarias para los cruzamientos”.

Estos beneficios se trasladan al agricultor cuando se consolida la nueva especie, en un proceso que toma entre ocho y 10 años, de ahí la importancia de encontrar métodos que permitan optimizar el tiempo.

Cosecha de la yuca

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la yuca se cosecha en más de 100 países tropicales y subtropicales. En 2012 la cosecha mundial ascendió a más de 280 millones de toneladas, lo que supuso un aumento de 60% desde 2000. El rendimiento medio mundial se ha incrementado casi un 1,8% anual durante el último decenio.

Los programas de mejoramiento se encuentran en una constante búsqueda de materiales de mayor rendimiento, más resistentes a sequías, plagas y enfermedades, por lo que se estima que la producción media podría ascender a 23,2 toneladas.

Los procesos implementados

En el ensayo en campo se instalaron reflectores led de luz roja a 3 m de altura. Se usaron fotoceldas para detectar la luz ambiente y así el sistema prende y apaga automáticamente. La exposición a luz roja en la noche, 12 horas, ayudó al desarrollo de las ramas y al crecimiento de flores, e incluso especies que en condiciones normales no poseen ramificaciones, las generaron.

El trabajo fue liderado por Hernán Ceballos, miembro de la Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), y co-dirigido por la doctora María Sara Mejía de Tafur, docente de la Unal Sede Palmira.

Con las ramas también aparecen las primeras flores que no se desarrollan y caen (abortan), ya que la planta está en crecimiento y concentra su energía en las ramas y hojas. Solo hasta la tercera o cuarta ramificación, que toma entre 5 y 9 meses, logran mantenerse.

Al hacer poda temprana de las nuevas ramas, las flores se desarrollan y posibilitan las polinizaciones. En este proceso se usa una lupa para identificar los brotes y cortarlos, aún muy pequeños, con una cuchilla de afeitar.

Al finalizar la poda se aplicaron hormonas (benciladenina) para lograr el cambio de sexo en las flores. En la yuca por cada seis flores femeninas hay 50 masculinas, y la semilla se desarrolla en la femenina, una cantidad muy escasa para los cruzamientos que se necesitan. Los cogollos se deben rociar semanalmente.

Como resultado de este proceso se obtiene la semilla botánica con las características deseadas, que se llevan al invernadero y luego al campo.

Dichas pruebas –realizadas en el campus de la Alianza Bioversity permitieron articular en un solo método experiencias que se venían probando en diferentes partes del mundo. “En Cornell (EE.UU.) habían iniciado el estudio de la luz en invernadero y tenían la idea de aplicar hormonas; en China sabían que la poda podía influir en el desarrollo de las flores, entonces se unieron estos tratamientos en un solo protocolo y se probó en campo”, recuerda la magíster de la UNAL.

La investigación, que se enmarca en el “Proyecto de mejoramiento de la yuca NextGen” (NextGen Cassava Breeding), contó con la participación de la Universidad de Cornell y diferentes instituciones de Uganda, Nigeria, Tanzania y China. Con las instituciones participantes se han realizado intercambios de conocimiento buscando estandarizar la metodología y contrastar resultados.

“Los resultados obtenidos se están aplicando en la plataforma de transformación del CIAT, en el programa de forrajes tropicales, y en Cenicaña iniciaron estudios con luz roja para aumentar la floración o inducirla en diferentes materiales”, concluye Pineda.

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