Jardines verticales, entre algunos sistemas de agricultura que se adaptan a las ciudades

La agricultura urbana se ha convertido en una tendencia cada vez más utilizada por quienes desean optimizar espacios con la creación de invernaderos y huertos en las ciudades, para producir alimentos frescos y reducir la dependencia de los suministros alimentarios importados.

Freddy Zapata, coordinador de Agrolab y profesor asociado de la Universidad de los Andes, explicó que, “entre las alternativas que hay para implementar esta clase de cultivos, están los huertos urbanos comunitarios, que son espacios compartidos por varias personas para sembrar alimentos de manera sostenible en la ciudad”.

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Tradicionalmente se siembran en camas cerradas en madera con tierra o directamente al suelo. Pueden estar ubicados en antejardines, parques comunales o terrenos abandonados. No solo promueven la producción local de alimentos, sino que también fomentan la educación ambiental, el trabajo en equipo y la cohesión social y asociatividad.

Los jardines verticales son estructuras rígidas o flexibles que se construyen en las paredes de casas o edificios y que permiten cultivar plantas y hortalizas en espacios reducidos. Pueden ser hidropónicos (sustrato agua y fertilizante) o en sacos de fieltro o materas de barro o plásticos reusables.

“Los jardines verticales no solo son una solución a la falta de espacio en la ciudad, sino que también contribuyen a mejorar la calidad del aire y a reducir el efecto isla de calor”, dijo Zapata.

La agricultura en balcones o terrazas es otra forma de utilizar espacios privados y los techos de casas o edificios para cultivar alimentos y plantas. Permite aprovechar el espacio disponible en la ciudad y ayuda a reducir la contaminación acústica y a mejorar la calidad del aire.

Sobre la agricultura en contenedores, el experto dijo que “es una forma de cultivar alimentos y plantas en recipientes (plástico, madera o metal) como macetas, cajas y otros contenedores. Es ideal para quienes no disponen de espacio al aire libre o que quieren cultivar plantas en interiores”.

Martha Liliana Perdomo Ramírez, directora del Jardín Botánico de Bogotá, precisó que, “las huertas caseras, son aquellas que se implementan en patios, terrazas, balcones, antejardines y zonas verdes de las viviendas, bien sea en pequeños espacios con buena tierra y luz natural que permitan la siembra de plántulas o semillas de especies aromáticas, condimentarías y medicinales”.

Huertas comunitarias hechas en los barrios

El año pasado el Ministerio de Agricultura, en cabeza de Cecilia López, anunció una política nacional que promoverá las huertas comunitarias. El anuncio fue hecho en Cali donde la ministra conoció la experiencia de asociaciones de economía popular que han desarrollado proyectos exitosos de huertas urbanas, ollas y comedores comunitarios para mitigar la crisis alimentaria de algunas comunidades. “Para cumplir los objetivos de Hambre Cero es necesario articular y comprometer a varios sectores”, dijo.

La importancia de escoger las semillas

Antes de escoger el tipo de semillas que se requiere o de comprar los elementos, lo primero que debe tener en cuenta es tener un espacio específicamente destinado para el cultivo, y entender que no es tan complejo como puede llegar a pensarse. Según Sandra Milena Robayo, CEO y CMO de Raíces, “se requiere un espacio al que le lleguen mínimo cinco horas de luz, preferiblemente en la mañana y que no sea directa, es decir, a través de una ventana, pero es muy importante que se tenga buena ventilación”.

Ventajas que ofrecen este tipo de sistemas

Los sistemas de agricultura mencionados se pueden hacer en las ciudades por el aprovechamiento del espacio disponible que brindan porque contribuyen a mejorar la calidad del aire, impulsan la educación ambiental, reducen la huella de carbono y fomentan el trabajo en equipo. En resumen, las huertas urbanas son una práctica que genera beneficios a quienes deseen implementarlas, así como al ambiente, pues un espacio de siembra con especies que atraen insectos y aves polinizadoras.

Aprenda a usar los jardines verticales

Entre las ventajas de este tipo de sistemas está que producen menos desechos, así como una disminución considerable de la cantidad de agua necesaria. Permite a establecimientos como restaurantes y supermercados a cultivar sus propios insumos para la elaboración de los platos o lo que comercian con sus clientes, lo que permite dar valor agregado por la trazabilidad de la siembra y el uso casi nulo de fertilizantes para el consumo de dichos productos, funciona muy bien con hortalizas.