Estos son los animales que pueden ser aliados silenciosos para enriquecer los jardines

Ante la variabilidad de plantas en el ecosistema de un jardín o cultivo, no solo los cultivos desempeñan un papel importante. La variedad de animales también puede contribuir significativamente al equilibrio y la salud de estos espacios verdes, debido a que algunos actúan como polinizadores, controlan las plagas y mejoran la calidad del suelo.

En el caso de los polinizadores, tanto las abejas, como las mariposas y abejorros, son esenciales para lograr este ejercicio en numerosas plantas. Su labor asegura la producción de frutos y semillas para mantener la biodiversidad y la productividad de los jardines. Con el fin de que usted pueda atraer a estos insectos beneficiosos, lo más recomendable es cultivar flores ricas en néctar y polen, como lo es la lavanda, caléndula y el eneldo.

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Asimismo, algunos animales actúan como controladores biológicos al alimentarse de plagas que sí pueden afectar a las plantas. Las mariquitas, por ejemplo, son grandes consumidoras de pulgones en todas sus etapas de desarrollo. Las arañas y las avispas parasitoides, en igual medida, desempeñan un papel crucial a la hora de mantener a raya poblaciones de insectos dañinos.

Frente a las mejoras del suelo, las lombrices de tierra son fundamentales para la salud del mismo. Al excavar túneles airean la tierra y facilitan la penetración del agua y los nutrientes. Además, su actividad descompone la materia orgánica, que enriquece el suelo y mejora su estructura. Las aves, más allá de ser bonitas y adornar los cultivos con su presencia, contribuyen al control de insectos y otras plagas. Especies como los petirrojos y los carboneros se alimentan de orugas y babosas, lo que mantiene el equilibrio ecológico. Para atraerlas es útil instalar casas con nido y ofrecer a lo largo de sus tierras fuentes de agua.

Finalmente, para poder potenciar la presencia de estos aliados naturales es relevante adoptar prácticas que promuevan la biodiversidad. como evitar el uso de pesticidas químicos, proporcionar espacios adecuados y mantener una diversidad de plantas para atraer a los insectos. Además, es clave la creación de pequeñas fuentes de agua que llamen la atención de diversas especies para enriquecer el ecosistema del jardín.