“En 2022 las exportaciones de aceite de palma y palmiste superarán US$800 millones”

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En el marco de la vigésima Conferencia Internacional de Palma de Aceite, organizada por Fedepalma y su centro de investigación Cenipalma, Nicolás Pérez Marulanda, presidente ejecutivo del gremio, dio apertura al encuentro asegurando que se debe mostrar al mundo las realidades del sector agroindustrial palmero y el rol que juegan para solucionar muchos de los retos de la humanidad.

“Hemos seleccionado como lema de esta edición ‘El Poder Transformador de la Palma’, ya que gracias a las ventajas y oportunidades que tiene esta agroindustria sabemos que este cultivo va a seguir transformando vidas y territorios para contrarrestar estigmatización y desinformación”, dijo.

El líder gremial aseguró que la palma de aceite ayuda a enfrentar los retos en materia alimentaria, la crisis climática y el desarrollo sostenible, dinámicas mundiales a las que se enfrenta el mundo.

“La alta inflación de los alimentos podría generar una incidencia en el futuro; las ultimas predicciones de la FAO indican que la producción agrícola deberá aumentar hasta 70% en 2050, este crecimiento poblacional continuará jalando la demanda por alimentos poniendo una presión adicional sobre el medio ambiente”, afirmó.

La seguridad alimentaria y la crisis climática, según el dirigente gremial, podrían ser los principales retos que enfrenta la humanidad como especie.

Ante ese panorama, Pérez señala que la palma de aceite es la oleaginosa que necesita menos fertilizantes, energía y agua para su producción. “Obtiene diez veces más aceite por hectáreas que la soya. Gracias a estas características el aceite de palma ha tenido un precio más competitivo en el mercado, en los últimos 40 años ha tenido el costo más bajo frente a la soya, girasol y colza”.

Usos del aceite de palma

En la dimensión nutricional el dirigente gremial aseguró que tiene una alta concentración de energía, es libre de grasas trans y fuente significativa de vitaminas E y A.

“A partir de investigaciones científicas independientes se han demostrado que los beneficios para la salud son indiscutibles. El aceite de palma es más versátil que sus sustitutos y se encuentra en gran parte de los productos que usamos diariamente”, explicó.

También es usado en la alimentación animal y la producción de biocombustibles. Alrededor de 35% de lo que se genera de estas fuentes de energía se hace a partir de aceite de palma, en el marco de la energía circular.

“Lo que quiero decir es que el aceite de palma no solo transformó el mercado de aceites y grasas con su producción y participación, sino que generó la disponibilidad de nutrientes esenciales para la humanidad”, explicó.

Materia ambiental

El crecimiento del sector no ha estado exento de cuestionamientos en materia ambiental; una parte importante del sudeste asiático trajo consigo deforestación; “adicionalmente en algunos países se han encontrado prácticas laborales cuestionables que han sembrado un manto de duda sobre la agroindustria”, explicó.

En Colombia se firmó un acuerdo crucial sobre crecimiento de cultivos de palma de aceite sin deforestación.

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“Cerca de 85% de los empleos generados por la palmicultura están en la formalidad"

“Es razonable esperar que el aceite de palma consolide su importancia a nivel mundial, siempre y cuando logremos hacerlo de manera sostenible”, explicó.

Cifras del sector

En aspectos económicos el valor de la producción colombiana fue valorada en US$2.000 millones y este año estará cerca de US$2.150 millones. El año pasado representó 16% del PIB agrícola nacional y este año se mantendrá en un nivel similar.

En términos del aporte a la balanza comercial, las exportaciones superaron US$660 millones, 7% de las exportaciones agropecuarias y el primer renglón en exportaciones no tradicionales de este sector.

“Se proyecta que el valor de exportaciones de aceite de palma, palmiste y extracciones supere US$800 millones”, explicó.

El sector también genera 200.000 empleos y de esos 85% son formales. En cuanto a los ingresos al productor, se estima que un palmicultor de diez hectáreas entre 2018 y agosto de este año ha tenido un ingreso promedio 3,5 salarios mínimos (US$800 mensuales).