Agro

Controle el estrés en su cultivo de flores para reducir la marchitez por el gas etileno

Este compuesto tiende a aumentar la productividad de esta sustancia debido al estrés, presencia de patógenos, cambio de temperaturas drásticas a la hora de su transporte, e incluso lesiones físicas provocadas durante el proceso de la poscosecha
Nicolle Altamar Pérez
13 de febrero de 2023
Cultivo de tulipanes: Basf.
Cultivo de tulipanes: Basf.

El etileno o eteno, como también es conocido, es la hormona que modera el proceso de senescencia, que es la última sucesión de desarrollo de las flores que lleva a su completa madurez y al fin de sus funciones. Es un compuesto químico orgánico reconocido entre la industria por su gran uso, sin embargo, dentro del sector de la floricultura, puede llegar a ser un agente no deseado para los cultivos, pese a que es producido por la misma flor de forma natural desde que se cosecha.

Este gas contribuye al envejecimiento de la flor de una manera más rápida y afecta su centro deteriorándola. De manera común la polinización es la que desencadena la liberación del etileno y este conduce al proceso de marchitación de la flor. En un ambiente natural y común, las concentraciones se dan en muy pequeñas cantidades entre 0.003 a 0.005 microlitro, es decir, la millonésima parte de un litro, por litro de aire.

Este compuesto tiende a aumentar la productividad de esta sustancia debido al estrés, presencia de patógenos, cambio de temperaturas drásticas a la hora de su transporte, e incluso lesiones físicas provocadas durante el proceso de la poscosecha.

“Teniendo en cuenta que un tercio de la vida útil de las flores cortadas está influenciada por el ambiente previo a la cosecha, mientras que los otros dos tercios dependen del manejo y las condiciones en poscosecha, es importante integrar procesos más innovadores, especialmente en esta última fase de la cadena, que harán que la flor no se estrese y se dañe”, explicó Carlos Sepúlveda, gerente de marketing de soluciones para la agricultura en Basf Colombia.

Los investigadores de Basf han desarrollado tecnologías para los floricultores con el fin de mejorar esta etapa de producción y reducir el impacto hacia el cultivo, es decir, están destinadas a producir en la planta mayor tolerancia al estrés, para así alargar su vida útil y obtener un producto de muchísima mejor calidad.

“El uso de fungicidas en poscosecha es muy importante y las rosas, además de presentar menor afección de Botrytis cinérea, una de las principales enfermedades que afectan a los botones, disminuyen su sensibilidad al etileno exógeno y aumentando la duración de vida en el florero”, comentó Sepúlveda.

Es necesario, a su vez, incorporar estrategias innovadoras y cuidadosas para el proceso de la poscosecha, que es cuando existe más la posibilidad de provocar estrés y lesiones en la flor, lo cual acelera y aumenta la producción de etileno, llevándola a que se marchite.

Se debe determinar y anclar medidas que controlen las condiciones en la cual viajan los cultivos, como su temperatura, humedad y las concentraciones del mismo compuesto, para evitar bajas y asegurar no solo la calidad del producto, sino la exportación continua y óptima de la misma.

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