Los probióticos y la vitamina C, como grandes aliados contra el estrés por calor en pollos

El estrés por calor en pollos de engorde representa uno de los desafíos más importantes en la avicultura moderna, ya que afecta negativamente la salud y el rendimiento de estos animales. Algunas investigaciones, a raíz de esta problemática, destacan el potencial que tienen los probióticos y la vitamina C como una de las estrategias más efectivas para mitigar estos efectos adversos.

Un estudio realizado por la Universidad de Pretoria, en Sudáfrica, evaluó el uso de probióticos y del ácido ascórbico en pollos de engorde que estén expuestos a condiciones de estrés térmico. Los resultados mostraron que ambos suplementos contribuyeron a mejorar la respuesta de las aves ante el calor, pues se evidenció una reducción en los indicadores de estrés y una mejora en el rendimiento productivo.

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No obstante, la vitamina C, en particular, demostró ser bastante efectiva en la reducción de los signos que provoca el estrés calórico.De hecho, si a la dieta de estas aves se le añade de 100 a 250 mg/kg de ácido ascórbico es posible que se alivien los síntomas de estrés por calor, además de mejorar el crecimiento, la conversión alimenticia, potenciar el sistema inmunológico y reducir en gran medida la mortalidad.

Asimismo, la combinación de vitaminas A, D, E, C y del complejo B puede disminuir la mortalidad en los pollos de engorde durante estos periodos. La administración de estos nutrientes antes de las fases críticas es esencial para maximizar su efectividad. La implementación de estas estrategias nutricionales, junto con prácticas de manejo adecuadas, ofrece una vía prometedora para poder mejorar el bienestar y la productividad de las aves bajo condiciones como el estrés por calor, lo que contribuye a la sostenibilidad y eficiencia de la industria avícola.