De expansiva a regenerativa, esta es la nueva alternativa para el ganado productivo

La industria ganadera colombiana sigue dando pasos adelante en su propósito de tener una producción más sostenible y alineada con el propósito global de reducir la presión sobre los recursos naturales, ser más eficientes con el uso de los suelos y disminuir su aporte a las emisiones de gases de efecto invernadero.

En los últimos años, la ganadería regenerativa se ha consolidado como un sistema productivo eficiente y rentable, con gran acogida en el país. Este fomenta una sana convivencia entre la producción y la conservación de la flora y fauna, el incremento de diversas especies que favorecen la resiliencia de los ecosistemas y la generación de un equilibrio natural que se traduzca en rentabilidad para quienes se dedican a esta actividad.

Esto se evidencia en el hecho de que en la actualidad son 197 las fincas que producen bajo este modelo productivo, cuando en 2020 eran unas 170, según se lee en el informe sobre ganadería regenerativa que publicó ese año el Instituto Humboldt.

Para Juan Manuel Bustamante, coordinador de Proyectos de FAO Colombia, señaló que la implementación de este sistema en las fincas productoras colombianas es una necesidad, dado el contexto actual que indica que hay unos nueve indicadores planetarios que están al límite, y en algunos de ellos la ganadería incide de forma directa.

El experto hace foco en la pérdida de diversidad genética y funcional producto de modelos productivos expansivos que demandan recursos como agua; y los ciclos biogeoquímicos del nitrógeno y el fósforo, dada la dependencia de estos del uso de algunos fertilizantes para producir alimentos.

En su concepto, la ganadería regenerativa ofrece muchos beneficios, algunos de ellos son la generación de cercas vivas en los potreros que conectan los relictos de bosque o ecosistemas fraccionados, e incrementan sus funciones ecosistémicas, como ser barreras rompevientos que causan sequías y deshidratación por estrés calórico, que afecta la capacidad productiva de los animales.

“También permite diversificar la dieta del ganado y disminuir las concentraciones de gases entéricos que influyen directamente en su relación con el cambio climático”, sostiene Bustamante.

El vocero de la FAO Colombia agrega que la transición de una ganadería expansiva a la regenerativa en el país también pasa por un tema cultural, y eso se evidencia en que esta se ha concentrado en regiones como Caribe y Andina, pero en otras como los Llanos aún falta mucho por avanzar.

“Creo que también puede ser un tema de desconocimiento y de poder divulgar sus beneficios. Es importante que entidades como MinAgricultura compartan las evidencias de sus resultados y que los ganaderos de otras regiones vean que este modelo sí funciona y es viable” respecto a otros sistemas como el expansivo, concluye Bustamante.

Nicolás Pinel, profesor del área de Sistemas Naturales y Sostenibilidad de la Escuela de Ciencias Aplicadas en Ingeniería Agronómica de la Universidad Eafit, cree que la ganadería regenerativa es una de las estrategias más potentes para regenerar el suelo tras tanto sufrimiento que ha pasado como resultado de los altos niveles de actividad que ha tenido esta actividad productiva en los últimos años.

En particular, el docente explica que el sueño tiene un rol clave en la captura de carbono, y cuando existen procesos de regeneración bien formulados y aplicados, estos se convierten en aliados para combatir el cambio climático. “Si bien en Colombia aún no tenemos datos al respecto, sí sabemos por lo que ha ocurrido en otros lados”.