En el Polo, el caballo es el que te enseña a jugar

El Polo es lo más divertido que se puede hacer sobre un caballo, explica Camilo Polanco, jugador y uno de los CEOs de Campo Bravo, una de las mejores escuelas de polo ecuestre en Bogotá. Este es un deporte de tacto, de conexión, de una mutualidad que se llega a partir de la práctica y de la disciplina.

El Polo no es solo un deporte emocionante y competitivo, sino que se ha convertido en un importante motor del desarrollo económico y cultural de Colombia. Su historia en el país se remonta a finales del siglo XIX, cuando las familias adineradas comenzaron a practicar este deporte en sus haciendas.

Desde entonces, el Polo ha ido ganando popularidad y se ha convertido en un símbolo de elegancia, rapidez y pasión. De hecho, al hoy, hay familias especializadas en la cría del caballo Pura Sangre Inglés, PSI, el caballo polista, por lo que lo hace un deporte de nicho.

“El polo es un deporte de networking”, me cuenta Camilo, quien hace siete años está en el juego, y hace cinco y medio consolidó, junto con otros socios, la escuela que tiene el picadero más grande de Colombia, y que, por cierto, fueron campeones en el torneo Fórmula Polo.

El Polo es uno de los deportes en donde el caballo tiene casi que todo el control sobre tí. En este caso, él es el que te escoge, y se adapta a tu juego, por lo que lo hace una práctica muy participativa entre las partes.

Hay muchas características particulares del Polo, por ejemplo, que un jugador zurdo tiene que empezar a jugar con la derecha, ya que todos los golpes, como el Full Swing y Medio Swing se hacen hacia la derecha. También, el control del caballo es diferente, ya que se maneja a partir de la fuerza que se hace en el cuello, y no desde la boca, como es en una cabalgata.

Para ser un buen caballista, dicen los jugadores, se necesita tener, además de la conexión, una disciplina en el deporte. “Practicar semanalmente por lo menos una vez a la semana, y conectarte muy bien con el caballo.

Es un deporte que todos los días te va a tocar un caballo diferente, entonces debes lograr tener una buena equitación para poder avanzar. También el caballo acá te va ayudar muchísimo”, dice Camilo.

El caballo polista, por último, tiene sus propias características. Son caballos muy rápidos, muy inteligentes, que frenan en seco, fácil y son muy livianos, la cabeza es cortica, las patas son largas, son atléticos, a diferencia de otras razas.

Es un caballo sagaz, inteligente, ágil, y básicamente, de eso se trata la práctica, en que el caballo, con todo el control, se maneje.