La importancia de una visión a 2050

En el año 2050 la tierra estará poblada por más de 9.000 millones de personas. Este panorama y la preocupante situación que atravesamos frente a la crisis climática, la reducción de la pobreza y la salud, entre otras temáticas, nos demuestran con claridad y urgencia que no podemos seguir haciendo las cosas como hasta ahora.

Los denominados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), definidos por las Naciones Unidas en 2015, buscan estimular acciones en las diferentes esferas de importancia crítica para la humanidad y el planeta. Los ODS conjugan las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental, y fueron proyectados a 2030 como la mejor salida al caos que todos hemos construido. Reconozco, defiendo y promuevo los ODS, pero también considero que el paisaje de la sostenibilidad está cambiando muy rápidamente. Debemos simplificar su agenda para hacer algo concreto y tangible desde las esferas política, empresarial y civil.

La responsabilidad es compartida, pero creo firmemente que, si no vinculamos de una vez por todas el éxito empresarial al éxito en el manejo de riesgos y captura de oportunidades en el área de la sostenibilidad, será muy difícil llevar a buen término la propuesta de las Naciones Unidas.

Desde la promulgación de los ODS, el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (Wbcsd), por sus siglas en inglés, y Cecodes, su capítulo en Colombia, trabajan de la mano de la ONU, la Global Reporting Initiative y el Pacto Mundial de las Naciones Unidas para traducir los ODS al ámbito empresarial y ha anunciado que a mediados de octubre de este año publicará la actualización de su visión 2050.

La Visión 2050 original del Wbscd, que promueva la sostenibilidad con origen empresarial, fue desarrollada pensando en el papel que deben desempeñar las empresas para avanzar más rápidamente en la construcción de un mundo sostenible. Esta visión, publicada en 2010, se concentra en temas clave que sintetizan las acciones de las empresas frente a tres ejes claves: la emergencia climática, la inequidad y la naturaleza. Necesitamos respuestas ágiles e inmediatas para el sector empresarial frente a un mundo cambiante e involucrar la salud del planeta y las personas como una prioridad más. El resultado obtenido por los ODS se evaluará a nivel mundial en 2030; sin embargo, hay que ser realistas porque el nuevo entorno económico se presenta con muchos riesgos y complicaciones.

Filippo Veglio, managing, director del Wbcsd, aseguró: “Hay que mirar el papel de la empresa dentro del sistema capitalista y cómo reformar y manejar un capitalismo más inclusivo que genere mayor valor y equidad. El desafío número uno dentro de la perspectiva social es adelantar este debate y generar aspectos positivos”.

Es clara la importancia de articular y crear un vector de motivación, innovación y oportunidad que mire más allá del manejo de los riesgos políticos y económicos para ayudar a que las empresas, grandes y pequeñas, ofrezcan desde su cadena de valor soluciones para el planeta.

El impacto del covid-19, el futuro del capitalismo, el papel de la empresa privada y una agenda de resiliencia son dimensiones que debemos abordar para establecer una hoja de ruta que haga frente a los riesgos de hoy y cree oportunidades frente a ellos para ser exitosos.

Los empresarios deben entender que la sostenibilidad es una forma diferente y rentable de hacer negocios. Hoy, todas deben prepararse para afrontar los aspectos positivos y negativos que esto supone.

La perspectiva empresarial debe ir más allá del mañana y del año que viene, debe ser a largo plazo y buscar transformar la economía, su ciudad y su economía, de ahí la importancia de mirar hacia 2050. Debemos comprender desde ya que únicamente generando impactos positivos podremos hacer buenos negocios.

En hora buena este anuncio del Wbcsd y espero que todos aquellos que hacen parte del sector empresarial consulten, interioricen y pongan en práctica los lineamientos que allí encontrarán porque estoy seguro nos mostrarán el camino a recorrer.

Sabemos que no hemos podido detener los viejos problemas y que aparecen nuevos, aprovechemos el esfuerzo del Wbcsd para afrontarlos y convertirlos en herramientas para sortear las nuevas disrupciones que con seguridad viviremos.