La apicultura, un negocio que tiene más de 1.000 variedades en el mercado nacional

La especie más importante del mundo para garantizar no solo la seguridad alimentaria, sino la supervivencia de la biodiversidad, y por consiguiente el ser humano, son las abejas. Según la FAO, la tercera parte de los alimentos son fecundados por insectos, fundamentalmente por antófilos, que son los polinizadores por excelencia de la madre tierra.

Existe una famosa frase que se le atribuyó al genio del Siglo XX Albert Einstein: “la extinción de las abejas sería el comienzo del fin para el ser humano”. Y aunque parecía una realidad lejana, lo cierto es que cada día son más las amenazas que estos insectos enfrentan por cuenta de la actividad humana. “Las abejas están bajo la gran amenaza de los efectos combinados del cambio climático, la agricultura intensiva, el uso de pesticidas, la pérdida de biodiversidad y la contaminación”, dijo el director general de la FAO, José Graziano da Silva.

Jorge Isaac Cocomá, jefe de producción de Cocomá y apicultor con más de 35 años de experiencia, señaló que “la abeja es un ejemplo de trabajo en asociación, donde se observa cómo cada individuo pone un grano de arena y logra cosas tan importantes como la preservación del planeta y del ser humano, y un ejemplo de organización que deberíamos tener.

Según cifras del Ministerio de Agricultura, en Colombia hay 157.696 colmenas en lo corrido de 2022, con 7.168 apiarios que albergan en promedio 30 colmenas cada uno.

La producción de miel de abejas para este año va en 6.376 toneladas y genera más de 10.000 empleos entre formales e informales, según las estimaciones de 2022. Según la cartera de Agricultura, el crecimiento de instalación de apiarios creció 7% entre 2018 y 2022.

Los departamentos con mayor número de apiarios son Antioquia, Santander, Cauca, Córdoba y Cundinamarca, y en total son 22 los que tienen actividades apícolas.

Sin embargo, existe toda una problemática entorno a la industria apícola. Según cifras del colectivo Abejas Vivas, 85% de los productos apícolas son falsificados. “En el imaginario de la gente las abejas son asesinas, y no saben que hay 1.500 tipos de estos animales que no pican”, explicó César Andrés Cocomá, gerente comercial de Cocomá.

Según Cocomá, el tema de la apicultura en Colombia es muy difícil a pesar de que el país puede ser potencia mundial. “En los niños hay un potencial de clientes y de guardianes de abejas muy grandes y desarrollamos el movimiento ‘Guardianes de Abejas’ con niños en los colegios de Ibagué, para que las cuiden, las valoren, las entiendan y cambiamos la conciencia de muchos de nuestros compradores”.

El colectivo aseguró que quieren acabar con la matanza masiva de abejas y polinizadores en Colombia a causa de los pesticídas, parar la falsificación de los productos y reglamentar la Ley 2193 de febrero de 2022, cuyo objeto es incentivar, fomentar y proteger la apicultura y sus actividades complementarias.

“Solicitamos al Gobierno crear el fondo nacional de fomento de la cría de abejas y polinizadores y la apicultura, la creación y puesta en marcha del registro nacional de colmenas y criadores de abejas, con estos cinco puntos pretendemos que Colombia se convierta en paraíso mundial de abejas y polinizadores, que garanticemos la seguridad alimentaria y la salud de las personas”, dijo Cocomá.

La semana pasada el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) anunció los requisitos que los distintos productores deben tener en cuenta para el registro de predios apícolas y cumplir con los estándares sanitarios.

Registre predios apícolas

La data que deben aportar los solicitantes son el número de identificación, si es una persona natural o jurídica, informar la ubicación exacta del predio (incluyendo la vereda o corregimiento, municipio, departamento), número de extensión (hectáreas, fanegadas o metros cuadrados, dirección de notificación teléfono de contacto y correo electrónico (si lo tiene). También es clave informar la especie, el fin zootécnico y tipo de producción que tendrán, la identificación que será usada en la producción, número de colmenas y número aproximado de la población por colmena.

“Queremos una producción con denominación de origen”

La industria apícola es quizá una de las más importantes en el sector pecuario, no refiriéndose únicamente a términos monetarios, sino a la importancia del cuidado de las abejas y el potencial agroindustrial que el país tiene para desarrollar diferentes productos derivados.

En Anzoátegui (Tolima), una familia se dedica al cuidado de estas especies y a la comercialización de sus derivados desde 1985, pero siempre cumpliendo el rol de ser guardianes de abejas.

Agronegocios habló con César Andrés Cocomá, gerente comercial de la Compañía Colombiana de Miel de Abejas (Cocomá), quien explicó el panorama de la industria y las dificultades que enfrenta el apicultura.

¿Cómo nació Cocomá?

Mi papá y mi tío empezaron aprendiendo con el Sena el arte de las abejas. Luego comercializaron los productos y ya era parte de la economía familiar, pero no era la actividad principal. En ese tiempo teníamos miel de abejas, polen, propóleo, pero hace nueve años la vida nos dio un giro total y tuvimos que arrancar desde cero y nos unimos como familia y se convirtió en el negocio de todos nosotros, para cuidar a las abejas y de lo que producen tener nuevos subproductos.

¿Qué subproductos tienen ahora en Cocomá?

Empezamos a generar nuevos productos que cumplieran otras necesidades de algunos segmentos del mercado, y desarrollamos vinagre de miel con frutas, cremas de miel con chocolate y mantequilla de almendras (totalmente natural y orgánica), cerveza de miel, hidromiel (una bebida madurada durante tres años en barriles de roble hecha de miel y café), 16 tipos de jabones con otras frutas y manejamos extracto de propóleo.

Nos hemos dado a conocer a través del Colectivo Abejas Vivas, protegiendo a estos animales y polinizadores y somos más de 1.000 personas en este movimiento que pretende la protección de las abejas. Hemos generado nuevos productos con un mensaje y un propósito adicional, más allá de lo que vendemos y de los recursos que nos llegan, lo importante es cuidar de ellas.

¿En qué departamentos tienen operaciones?

Hemos conocido muchos apicultores y trabajamos en alianza en 14 departamentos con productores de diferentes regiones. Nos especializamos en las mieles de origen, y así como le pasó al café, nosotros quisimos dar ese salto ya que Colombia tiene más de 1.000 tipos de mieles. Esto, resultaría en ser uno de los países con mayor diversidad en el mundo.

¿Dónde están sus apiarios?

Nosotros tenemos apiarios en Anzoátegui, Alvarado, Nariño e Ibagué , y con la gestora de proyectos empresariales, quien nos apoya en ese proceso de mejoramiento, tenemos una planta aquí certificada por el Invima para transformación de los productos.

Colombia es el segundo país más diverso en flora del mundo; tenemos una grandiosa variedad de mieles, con una densidad, color, aroma y sabor diferente, dependiendo de cada región de su origen.