Educación

En el campo, menos de la mitad de los estudiantes culminan sus estudios secundarios

Vichada, Guaviare y Vaupés son las menos cubiertas educativamente. Bogotá, San Andrés y Quindío lideran en todo el país
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12 de julio de 2024
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ANT

El Laboratorio de Economía de la Educación, LEE, de la Pontificia Universidad Javeriana publicó el informe “Calidad Educativa en Zonas Rurales de Colombia: Un Camino por Recorrer” que analiza las cifras más actualizadas sobre educación rural a partir de los datos del Dane, 2022. Además, el documento subraya la necesidad de un enfoque integrado y con presupuestos específicos para abordar las múltiples facetas de la crisis educativa en las zonas rurales del país.

Los investigadores analizaron la cobertura bruta, que se refiere al porcentaje de estudiantes matriculados en el sistema educativo -independiente de la edad que tengan- del total de la población en edad teórica para estudiar en educación preescolar, básica (primaria y secundaria) y media (10º y 11º).

Destacaron que dicha cobertura en zonas rurales enfrenta serios desafíos, en especial en el nivel de preescolar, donde es solo 47%, y en el nivel media (10º y 11º), solo 46%. En básica primaria y secundaria la cobertura ya es del 64%.

Asimismo, el LEE de la Javeriana vuelve a insistir sobre la calidad de la educación en zonas rurales, que es preocupante debido a las grandes desigualdades en los resultados en las pruebas Saber 11, con respecto a las zonas urbanas.

La diferencia fue de 26 puntos en contra de los estudiantes de zonas rurales y de 41.3 con respecto a los estudiantes matriculados en colegios rurales de los 170 municipios Pdet (municipios más afectados por el conflicto armado). A esto se suma la falta de docentes cualificados y capacitados (muchos de ellos multigrado).

“Además de las potenciales limitaciones de presupuesto para ampliar o capacitar a la planta docente, son relativamente pocos los docentes calificados dispuestos a trabajar en áreas rurales bajo condiciones inadecuadas y en contextos de conflicto”, afirman los investigadores.

En el informe, añadieron cifras sobre docentes, donde observaron que del 42% de los docentes en áreas rurales ocupan cargos provisionales frente al 27% de los docentes urbanos. Esto puede generar problemas en la calidad de la educación pues los contratos provisionales son de menor calidad que los contratos de planta. De esta manera se generan menos incentivos a los profesionales altamente calificados a trabajar en zonas rurales.

A nivel de bienestar escolar, el LEE de la Javeriana alerta sobre las deficiencias en infraestructura y servicios básicos como electricidad, agua potable e internet. El 15,5% de las sedes educativas no tiene acceso a electricidad, y en Vichada y La Guajira, este porcentaje puede alcanzar 68%. El 69.4% de las sedes educativas rurales carecen de acceso a Internet.

Según cifras del Índice Welbin 2023 (índice que mide las condiciones de bienestar escolar), solo 40% de los colegios rurales reportó contar con agua potable para beber disponible de manera constante y gratuita, mientras que en el área urbana esta cifra asciende a 78%. Además, en el ámbito rural, 70% de los colegios cuenta con acueducto como fuente de abastecimiento de agua, en comparación con 96% en el área urbana.

En adición, casi la mitad de los colegios rurales reportó no contar con profesionales para dar acompañamiento psicosocial a sus estudiantes. Esto es preocupante, en especial en un contexto en el que los embarazos de niñas entre los 10 y 14 años se incrementaron 11% en zonas rurales durante la pandemia.

La magnitud del reto en la educación rural requiere un esfuerzo presupuestal de igual tamaño. Según estimaciones del LEE de la Javeriana y Save the Children, se requiere una inversión promedio de $4,9 billones anuales hasta 2030 para atender de manera integral a la población estudiantil rural de entre 6 y 17 años (no incluye primera infancia ni posmedia).

"Esta inversión incluiría programas de jornada completa, alimentación escolar, formación docente, mejoras en infraestructura, transporte, apoyo psicosocial, programas de prevención del embarazo adolescente, orientación de vocaciones y talentos, programas de protección y restablecimiento de derechos, programas de prevención del reclutamiento, entre otros.” Sostiene el informe.

A partir del análisis, el LEE insiste en el desafío que tiene el Gobierno Nacional sobre la crisis en la educación rural y la reducción de brechas de aprendizaje. Por ejemplo, en 2022, 2,7% de la población urbana de 15 años o más no sabía leer y escribir, frente al 9,2% de la población rural. Y, en 2021, en las zonas rurales de los municipios Pdet el 11,5% de la población de 15 años o no sabía leer y escribir.

"Las problemáticas de la educación rural son inaceptables: desde alta carencia de docentes hasta tasas de deserción escolar que duplica a la urbana. Es prioridad implementar medidas que prevengan la deserción significativamente y que impulsen la escolarización de alta calidad con enfoque territorial." Afirma Gloria Bernal, Directora del LEE de la Javeriana.

Vichada, Guaviare y Vaupés son las menos cubiertas educativamente

Vichada tiene 13%; Guaviare 18% y Vaupés 21%. Estas son las zonas con menor cobertura educativa, según el informe de la Javeriana. El 67% de las sedes se localizan en áreas rurales, concentrando su oferta educativa en la mañana (76%) en los niveles de preescolar (38%) y primaria (46%). En las zonas rurales, 98% de las sedes educativas son públicas.

Bogotá, San Andrés y Quindío son las de mayor cobertura, con 121%; 111% y 84,2%, respectivamente.

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