Construyendo paz a través del cooperativismo

Las cooperativas y los campesinos son dos grandes referentes para emprender acciones en el postconflicto y reparar el tejido social colombiano. Nuestro país, después de haber sufrido más de 50 años de conflicto interno, está viviendo un momento de cambio y reconciliación. Por eso las políticas públicas deben garantizar la reconstrucción social a través del trabajo conjunto del sector público, el privado y el Gobierno.

En este escenario, las cooperativas urbanas juegan un papel trascendental, sus acciones solidarias y sus servicios financieros flexibles deben volcarse hacia los sectores rurales, principales afectados en este largo periodo de guerra.

Las estadísticas dan cuenta de las difíciles condiciones económicas en las que están sumergidos los campesinos colombianos. Casi la mitad de ellos viven en situación de pobreza y un buen porcentaje ha tenido que dedicarse al cultivo de productos ilícitos para sobrevivir.

En Fincomercio hemos puesto en el primer renglón de nuestro proyecto social nuestro aporte en la construcción de paz, que se logra a través de una economía incluyente, por eso no operamos bajo las mismas dinámicas del mercado en su lógica de ganancia, sino que priorizamos el beneficio colectivo sobre el individual. En ese orden de ideas, desarrollamos acciones positivas en pro de las regiones devastadas por la guerra, apalancando los proyectos de los pequeños productores agrícolas, porque sabemos que son ellos, y no los grandes latifundistas, quienes conforman el grueso de los campos colombianos.

El proyecto de mejoramiento del desempeño económico de las cooperativas agrícolas en Colombia Impact es una iniciativa del Gobierno canadiense, del movimiento internacional ACC, (Association Des Coopératives Du Canadá) y su aliado en Colombia, Incubadora Empresarial Colombia Solidaria Gestando. Con la alianza se busca el fortalecimiento técnico, financiero, agroindustrial, educativo y de mercado de las asociaciones y cooperativas agrícolas, a propósito del momento de reconciliación que está viviendo el país.

Con este proyecto, se beneficiarán 55 pequeñas asociaciones y cooperativas agrícolas provenientes de 10 departamentos del país entre los que están Boyacá, Meta Cundinamarca, Valle del Cauca, Quindío, Risaralda, Huila y Antioquia. En suma, se espera impactar 14.000 pequeños productores y a través de ellos a 60.000 personas que derivan su sustento de la producción agrícola.

Nuestra cooperativa se ha sumado a este proyecto depositando su confianza en las empresas agrícolas beneficiarias, facilitándoles la obtención del crédito a bajo costo para capital de trabajo o para activo fijo, con el ánimo de mejorar la calidad de vida de los asociados y sus familias. 

Para nosotros, ahora que cumplimos 60 años, es fundamental aportar al desarrollo del campo, de las comunidades que fueron afectadas durante muchos años por la violencia dándoles la oportunidad de hacer parte del sistema. Beneficiar a los colombianos mayormente afectados por el conflicto, debe ser el reto de las cooperativas urbanas, del Gobierno, del sector público y el privado.