Agro

Así es como funciona el incentivo al almacenamiento en la producción del arroz

Aunque desde el gremio han respaldado el incentivo como mecanismo para cuidar los precios, desde el Gobierno afirmaron que hay una subordinación del productor con los molineros
Juan Diego Murcia
11 de abril de 2023
Rafael Hernandez Lozano - gerente general Fedearroz
Rafael Hernandez Lozano - gerente general Fedearroz

El gremio arrocero tiene muchos retos y preocupaciones en el corto plazo, la mayoría de ellos relacionados entre sí. Uno de los más relevantes tiene que ver con el incentivo al almacenamiento, una herramienta que nació a mediados de 1990 cuando fue desmontado el Instituto de Mercadeo Agropecuario (Idema) y que reemplazó las funciones de dicha entidad.

La función de este incentivo es simple: sacar del mercado el excedente temporal que se genera por la estacionalidad de la cosecha. “Tras la liquidación del Idema, se diseñó un mecanismo en el cual el Gobierno le pagaba a quien guardaba el arroz, en este caso los industriales, cooperativas y las algunas personas que lo guardaban en el momento de la cosecha grande que es entre agosto, septiembre y parte de octubre”, explicó Rafael Hernández, gerente de Fedearroz.

Esto busca cubrir los gastos de almacenamiento, mantenimiento y financieros por tonelada para aquellos involucrados en la cosecha. “El incentivo se reconoce a quienes almacenen el arroz, a cambio de que esos compradores se comprometieran con un precio para el productor, eso se establecía generalmente con una franja: un mínimo de precio y un máximo de precio”, agregó.

El total que se guarda depende del volumen de la cosecha y se empieza a comercializar, generalmente, durante el primer semestre de cada año.Durante los primeros seis meses se siembra arroz secano en los Llanos Orientales, en el Casanare y La Mojana, usando la lluvia del mes de abril y parte de mayo, se recolecta entre agosto y septiembre”.

Desde el gremio aseguraron que no utilizar este mecanismo no es viable. “Si el Idema hubiera entrado a comprar parte de la cosecha del arroz cuando fue liquidado le hubiese costado $125.000 millones, pero con el incentivo solo fueron $7.000 millones, ya no es lo mismo porque ha aumentado la producción de arroz, pero si fue una suma importante”, explicó Hernández.

El dirigente gremial explicó que los agricultores vienen creciendo en área porque el año pasado hubo buenos precios. “El área no debe crecer más allá que en 2022, para que haya una oferta suficiente pero no con tanto excedente”, dijo.

El exministro de Agricultura y desarrollo rural, Andrés Valencia, explicó que desmontar este incentivo sería un error. “Es un mecanismo que funciona bien en épocas de elevada cosecha y sirve para que los precios no se descuelguen, el año pasado se destinaron $25.000 millones, y se pagaba $31.800 por tonelada de arroz paddy seco o sus equivalentes en arroz blanco, para almacenar unas 200.000 toneladas para productores de arroz, de las cuales unas 20.000 eran para los productores de semilla”.

Un antecedente cercano de sobreoferta

La volatilidad en los precios del arroz blanco en el molino fue una constante en el último lustro. El exministro Valencia explicó que, en 2017, cayeron a una tasa superior a 20% en promedio anual, por efectos del Plan Colombia Siembra, “en 2018 lo hicieron a 4,25%. Después siguieron un par de años de crecimiento, lo que coincidió con el Plan de Ordenamiento Productivo del Arroz, que buscó racionalizar las siembras buscando una recuperación de los precios”.

También explicó que, durante 2019, el precio de este cereal en promedio subió a una tasa de 16,5% anual y en 2020 lo hizo a 26,4%. “Desafortunadamente, tras la recuperación de los precios durante el segundo semestre de 2019 y el primer semestre de 2020, las siembras en ese periodo aumentaron 61.500 hectáreas adicionales, en relación con el mismo período del 2018/2019”.

Aunado a esta situación también se incrementaron el volumen de importaciones entre junio de 2019 y junio de 2020, que subió a 423.548 toneladas de arroz paddy seco.

“Ello ocasionó una importante acumulación de inventarios con un crecimiento de 67,9% a diciembre de 2020, sumando a la cosecha del primer semestre de 2021 para crecer el inventario en 122% en mayo, cuando llegaron a las 745.427 toneladas. El mayor dato para un mes de mayo en la historia y justo un mes después del pico de siembras para la cosecha del segundo semestre”, agregó Valencia.

Esa sobreoferta ocasionó que en mayo de 2021 el crecimiento de inventarios del precio del arroz blanco en molino se desplomara 30,9% y en el IPC 16,7%.

Las líneas de crédito que aprobó el Gobierno

A finales de marzo, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural dio a conocer que las líneas especiales de crédito (LEC) para beneficiar a los productores rurales del país tendránun presupuesto de $150.000 millones para este año, lo que representa un aumento de 23% con respecto a 2022.

Una de esa líneas especiales de crédito fue diseñada para hacer plantas de secamiento y silo. "Lo que estamos haciendo para los arroceros es entrar a la agroindustria, dejar de depender de los molineros y empezar a hacer plantas con este crédito tan barato", explicó la ministra de Agricultura, Cecilia López.

Este crédito busca hacer inversiones para el secado y almacenamiento de granos, con el fin de reducir pérdidas de estos productores y contribuir a la mejora de los ingresos a través de unos precios más estables.

La línea de crédito ofrece condiciones financieras para el pequeño productor de ingresos bajos, para pequeño productor, mediano productor, mediano productor, con beneficiarios especiales en el caso de mujer y joven rural; víctima, desmovilizada, reinsertada, reincorporada y vinculada al Pnis; esquema asociativo y esquema de integración.

Entre las actividades financiables están servicios de apoyo para el almacenamiento y secado; adquisición, reparación y mantenimiento de maquinaria y equipo para el secado y almacenamiento; adecuación de tierras e infraestructura para el secado y almacenamiento; e inversiones para la transformación y comercialización de productos agropecuarios de origen nacional para el almacenamiento y conservación de granos, cuando el proceso sea realizado directamente por los productores o por los esquemas asociativos o de integración.

"Esto es un esfuerzo para que sectores como el arrocero rompa esa subordinación de los productores de arroz a los molinos, la idea es que tengan un crédito muy barato para hacer plantas de secamiento y silos", agregó la ministra.

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