Renovando mi sistema de producción de café

Con el lema “Unidos por la rentabilidad del caficultor” se desarrolló en la ciudad de Bogotá el 82 Congreso Nacional Cafetero y como siempre, todos estamos enfocados a buscar que nuestro negocio cafetero sea económicamente rentable en equilibrio con nuestro entorno.

Mantener nuestros sistemas de producción con una buena productividad depende de la suma de muchos factores, siendo todos y cada uno de ellos fundamentales para obtener una caficultura viable desde el punto de vista económico. Factores como la densidad de siembra, la fertilización, la sanidad (manejo de plagas y enfermedades), luminosidad, arvenses, beneficio y edad, en resumen, toda la agronomía, deben estar alineados para alcanzar la mejor producción posible. 

La renovación de nuestro sistema de producción es una práctica en la cual no nos podemos equivocar, pues de este factor depende mucho organizar los ciclos de renovación para la estabilización de la producción, que no es otra cosa que producir una cantidad de café muy similar cada año. De aquí viene la pregunta, ¿entonces, cuando debo renovar mi cafetal? la renovación se debe hacer al final de la cosecha principal. A medida que los árboles incrementan su altura, el manejo del cultivo se hace más difícil, la producción disminuye y se desplaza hacia el extremo de las ramas y hacia la parte superior del tallo. 

¿Y cómo hacerla? Lo primero que debemos tener en cuenta es que nuestro sistema de producción este en variedad resistente a la Roya, o sea con variedad Castillo o Tabi, así garantizamos el perfil de taza del café colombiano y el manejo de esta peligrosa enfermedad. 

Cumplido esto, el paso a seguir es elegir por qué método renovar nuestros cafetales y una muy buena opción es la renovación por zoca, pues en comparación con la renovación por siembra, este método es más económico, eso sí, teniendo en cuenta y aplicando las siguientes recomendaciones: 

Cosecha sanitaria: antes de hacer el zoqueo, se deben retirar todos los frutos verdes que quedan en la planta para evitar la dispersión de broca hacia los lotes vecinos. Además, se deben dejar los surcos trampa, que son árboles que se dejan en pie con el fin de recolectar los frutos cada quince días durante dos meses para el control de la broca. 

Desrame: todas las ramas deben quedar en el suelo hasta que se descompongan, así aportamos materia orgánica al suelo. Los tallos deben ser recogidos y pueden ser utilizados como leña, madera, etc. Bajo ningún motivo se deben realizar quemas, pues aparte de contaminar el ambiente, se pierde la materia orgánica potencial y puede reducir la población de microorganismos benéficos del suelo. 

Corte del Tallo: recordemos que debe hacerse en bisel, es decir, de forma inclinada y para proteger la planta de enfermedades como la Llaga Macana, debemos hacer la aplicación de un fungicida inmediatamente realicemos el corte. 

Resiembras: ¿sabía usted que para hacer una renovación por zoca, debemos tener un 10% de colinos de café para hacer las resiembras? Así aseguramos que la población no se reduzca y garantizamos el potencial de producción. Además, la renovación por zoca nos permite modificar el número de tallos productivos más adecuados para cada zona. 

Siembre comida: según el tipo de zoca que se haga, usted puede sembrar hasta dos ciclos de cultivos intercalados como maíz y frijol. La idea es que utilicemos mejor el suelo, que aprovechemos las calles para sembrar comida y obtener ingresos económicos adicionales. 

Existen varios sistemas de renovación por zoca o podas, como la zoca tradicional que se hace a 30 centímetros del suelo, la poda calavera y la pulmón. Para decidir cuál utilizar y las ventajas y desventajas que tiene cada sistema, consulte a su extensionista en el Comité de Cafeteros. En todo caso usted debe asegurar la estabilización de la producción. 

Un cafetal envejecido es menos productivo y la renovación por zoca es una alternativa muy recomendable para mantener la productividad y rentabilidad de su empresa cafetera.