Moscas soldado pueden ser alternativa alimentaria ante el alto costo del maíz

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Una de las tantas preocupaciones actuales que tienen los productores del país es la del incremento de los precios de varios de los insumos claves para el consumo animal. Algunos de ellos son los fertilizantes, pero también los de la soja y el maíz, que según Carlos Duque, Ph.D. y director de Sostenibilidad de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi), han incrementado en más de 40% desde 2020. lo que se traduce en una problemática tremenda para la industria mundial de avicultura y también porcícola, debido a su histórica dependencia al maíz y la soja para alimentar aves y cerdos.

Por eso, aunque con poco éxito, han surgido varias alternativas para aumentar la oferta en la dieta alimentaria de estos animales. Productos como la yuca, el plátano, el banano, los subproductos de panadería, los arbustivos y la harina de algodón son algunos de ellos.

Gonzalo Moreno, presidente ejecutivo de Fenavi, explicó que el problema principal que tienen estos productos para ser utilizados en la industria es, precisamente, su baja capacidad para producirse a gran escala, sumado a su falta de inocuidad.

Frente a esta situación, y de acuerdo a las lógicas del mercado y el llamado a la sostenibilidad por la problemática del medio ambiente, se están creando nuevas opciones que a futuro serán cero contaminantes y más amigables con el bolsillo del productor.

Una de ellas es en la que ya está trabajando Fenavi: una iniciativa del gremio de los avicultores con el proyecto Mosca soldado, que busca utilizar este insecto como alimento complementario en la dieta de los animales.

Lo anterior, debido a que estos contienen un buen balance y cantidad de aminoácidos (proteína), ácidos grasos (lípidos) y minerales, los cuales garantizan el buen desarrollo del animal.

Según explicó Carlos Peláez, profesor del instituto de Química de la U. de Antioquia y también participante del proyecto Mosca soldado, su lógica consiste en que estos tipos de insectos se nutren de residuos en descomposición o desechos orgánicos como excretas o vísceras de animales de cría, lo que hace que estos, en su etapa de larva, puedan funcionar, una vez procesados en forma de harina, como alimento nutricional para animales del sector avicultor.

Por su parte, su aporte ambiental tiene que ver con que esos desechos de los cuales se alimenta la mosca soldado pueden ser los generados por el mismo sector avícola. Una vez dado este proceso, y antes de convertirse en alimento, también se puede aprovechar la materia fecal del insecto como fertilizante natural, dándose así la economía circular.

Sin embargo, esta investigación apenas da sus primeros pasos, según indicó Peláez. De acuerdo al experto, la idea es que se pueda -en el largo plazo- suministrar la cantidad de huevos necesarios para que el avicultor pueda reproducir sus larvas y fabricar el concentrado.

Todo esto, con miras a que Colombia pueda llegar a ser en un futuro un mercado autosuficiente y menos dependiente de la importación de materias primas en industria como la avícola. Más aún, si se tiene en cuenta que el país importa la mayoría de la soya y el maíz que se consume de países como EE.UU., Brasil y Argentina, pues allí es 15% más económica que la producida a nivel nacional.

“Estamos esperando qué sucede en el segundo semestre de 2022. Este es un mercado mundial y por eso mismo somos todos los que estamos sufriendo los altos costos en la materia prima”, indicó Moreno.

Retos para producirlo en el país
Colombia importa alrededor de 65 a 70% del maíz que consume, lo que representa una cifra deficitaria de producción. Según Fenavi, el país produce 1,5 millones de toneladas de maíz, pero necesita 7 millones de toneladas para lograr abastecer la demanda nacional. Para que este panorama cambie, en palabras del director ejecutivo del gremio, Gonzalo Moreno, se deben dar saldar varias deudas históricas. Primero, que el país invierta en mejores vías; segundo, que inicie un proceso masivo de adaptación de la tierra para este tipo de productos; tercero, se industrialice el campo; y cuarto, haya seguridad jurídica en temas de tierras.