"Colombia no debería importar arroz más aún cuando existen excedentes del cereal"

Fedearroz y el Ministerio de Agricultura ayer confirmaron el levantamiento del paro arrocero, tras nueve días en ese proceso. “Solicito el desbloqueo inmediato de las vías del Tolima y del Huila, con el compromiso de una bolsa que ha sido construida con el Ministerio de Agricultura y de la Federación de Arroceros”, dijo Geidy Ortega, viceministra de Asuntos Agropecuarios.

Sin embargo, el paro se dio gracias a que los agricultores reportaron una reducción de 21,5% en el precio del arroz paddy verde, que pasó de $230.000 a $185.000 por carga de 125 kilogramos en la zona centro del país. Ante este desplome se generaron pérdidas entre $1,5 y $2 millones de pesos por hectárea. Además, los costos de producción venían en aumento de manera significativa. Asimismo, los arroceros también enfrentaban problemas con deudas bancarias y los altos intereses, que, según exponen, resultaban ser impagables y ponían en riesgos sus tierras. A esto se le suma la variabilidad climática, que afecta la productividad de los cultivos.

Bajo este contexto, Carlos Alberto Rojas, vocero del sector arrocero, se pronunció respecto a la negociación que se dio ayer con el Gobierno Nacional, en cabeza del Ministerio de Agricultura.

Uno de los reclamos más fuertes del sector arrocero era el aumento en los costos de producción y la falta de rentabilidad. ¿Cómo impactaron los altos precios de los insumos y la competencia con el arroz importado en la sostenibilidad de los productores nacionales en su momento para llegar al término del paro?

El precio de la carga del año pasado estaba en $235.000 y comenzó a descender a partir de noviembre, alcanzando este año los $185.000. Esto representa una disminución de más del 20% en los ingresos de los productores.

Ahora bien, ¿por qué se presenta la caída del precio? Pueden existir varios motivos. La industria sostiene que hay excedentes debido a una sobre cosecha y una sobreoferta de arroz a nivel nacional, ya que se sembraron 100.000 hectáreas adicionales en los Llanos Orientales, lo que incrementó la producción. Según este argumento, los altos inventarios impiden sostener el precio del arroz verde y, por ende, la industria puede comprarlo a un precio más bajo.

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No obstante, nosotros no estamos del todo de acuerdo con esta explicación, pues los inventarios pueden regularse mediante un mayor consumo de arroz, algo que ocurre desde hace meses. De hecho, el consumo per cápita en Colombia creció, pues antes era de 42 kg por persona y ahora alcanza los 46 kg.

Otro factor clave es la importación de arroz. Colombia no debería importar arroz cuando existen excedentes. Es el único país que lo hace a pesar de tener sobreoferta en el mercado. Esta importación reduce el precio interno, que afecta directamente al productor, quien siempre es el más perjudicado. Además, la importación también facilita el contrabando, lo que agrava aún más la situación. El arroz ingresado ilegalmente aumenta los inventarios de manera descontrolada, afectando los precios y la estabilidad del mercado.

Ante esta situación, hemos propuesto la creación de una cuota exportadora que permita colocar el arroz excedente en otros países y así evitar un impacto negativo en el precio interno. Hasta ahora, esto aún no se implementa. Sin embargo, en el acuerdo firmado anoche se establecieron rutas de exportación hacia Venezuela y posiblemente México, con apoyo del gobierno. A futuro, esto ayudaría a mitigar los problemas de sobreoferta y la caída de precios.

Por último, es fundamental implementar salvaguardias para proteger la producción nacional. El Ministerio de Comercio Exterior debe establecer mecanismos que defiendan a los agricultores del arroz importado, especialmente porque estos arroces suelen venir subsidiados, algo con lo que el productor colombiano no puede competir. Por esta razón, es necesario un sistema de protección que garantice condiciones justas para los agricultores del país.

Si se tiene en cuenta que el paro se levantó, ¿cuáles fueron esos principales puntos de acuerdo a los que llegaron?

El primer punto, que era crucial, fue el mejoramiento del precio de la carga para pequeños y medianos productores a través de un incentivo o apoyo a la comercialización. Gracias a esto, lógicamente, no se puede pensar que, con solo mejorar el precio, se soluciona el problema estructural que también afecta al cultivo.

Es necesario tomar otra serie de medidas estructurales, que también propusimos y fueron aceptadas por el ministerio para lograr la competitividad. No solo el precio contribuye a mejorar las condiciones, sino también la productividad del cultivo en la región. En esos problemas estructurales se debe trabajar a corto, mediano y largo plazo. Los programas que el gobierno, a través del Ministerio de Agricultura, estableció en el acuerdo con los arroceros están enfocados precisamente en el mejoramiento de esas condiciones.

¿De esto se habló en la mesa de negociación con el Gobierno Nacional?

Sí, nosotros hablamos sobre el tema de la importación, y el Ministerio de Comercio Exterior sostiene que, en los últimos años, los niveles de importación han sido bajos y no tendrían por qué afectar el precio. En este punto, coincidimos en que, si la importación no es la causa de la caída del precio, entonces el problema radica en el arroz que ingresa de contrabando.

Frente a la negociación con el Gobierno, ¿qué medidas concretas exigían al gobierno y cuáles de estas el gobierno aceptó frente a la negociación?

El Gobierno y el Ministerio se comprometieron a estar muy atentos a esta cuestión de contrabando y a tomar medidas al respecto. Por un lado, es necesario evitar que ingrese arroz subsidiado a Colombia, ya que los productores nacionales no pueden competir en igualdad de condiciones con esos productos.

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Asimismo, el contrabando también debe ser combatido con mayor rigor. Se ha identificado que el arroz de contrabando ingresa principalmente por carretera desde Ecuador y Perú, por lo que el Gobierno, a través del Ministerio de Agricultura, se comprometió a reforzar los controles.Además, se propuso que, si se va a importar arroz de esos países, el transporte se realice por vía marítima para garantizar un mayor control y trazabilidad del producto.

Las propuestas mencionadas anteriormente hablan de planes a mediano o a largo plazo, ¿pero cuáles propuestas son a corto plazo y cómo se va a apoyar a esos agricultores que salieron afectados tras la crisis?

Es ahí donde entra en juego el mejoramiento del precio interno de la carga para pequeños y medianos productores, lo que ayuda a aliviar, en cierta medida, la difícil situación de estos agricultores.

Además, el Ministerio de Agricultura sugirió medidas de financiamiento para apoyar a los productores que enfrentan dificultades con la banca. Estas iniciativas buscan ofrecer soluciones rápidas que les permitan mejorar sus condiciones financieras y garantizar la sostenibilidad de su actividad.

Desde el sector, ¿cómo ven el panorama frente a las medidas que se van a empezar a implementar después de la negociación con el Gobierno?

Nosotros vamos a estar muy atentos y comprometidos en garantizar que los acuerdos adquiridos por el Ministerio de Agricultura se cumplan. Nuestra tarea será revisar continuamente el cumplimiento de estos compromisos. No sería adecuado afirmar que estamos satisfechos o insatisfechos cuando apenas ha pasado un día desde la suspensión de la medida y la firma del acta, de acuerdo con el Gobierno Nacional, encabezado por el Ministerio de Agricultura.

Consideramos que es necesario dar un tiempo prudente para evaluar si el gobierno cumple con lo acordado o, en su defecto, identificar qué aspectos aún no se han llevado a cabo.

En tal caso de que no se cumpliera lo pactado en el acuerdo, ¿se volvería a levantar el paro?

No puedo afirmar eso categóricamente, porque consideramos que, en primer lugar, es fundamental agotar todas las vías de diálogo con el gobierno para asegurar el cumplimiento de los compromisos adquiridos.

Si, a pesar de estos esfuerzos, las medidas no se implementan y el gobierno no atiende la situación, los arroceros tendrían que volver a visibilizar su problemática a través de medidas de hecho, como protestas, manifestaciones y bloqueos de vías.

¿Cuál es el siguiente paso del gremio tras las negociaciones con el gobierno y el levantamiento del paro?

En primer lugar, se llevará a cabo una revisión exhaustiva de todo lo que se aprobó y acordó. Segundo, se velará por el cumplimiento efectivo de esos compromisos y tercero, se evaluará si lo pactado realmente beneficia a los arroceros y contribuye a mejorar su competitividad.

Finalmente, el paro arrocero despertó el apoyo de otros sectores agrícolas, pero también críticas por las afectaciones a los consumidores. ¿Cómo responde el gremio a quienes afirman que los bloqueos perjudicaron más a la población que al Gobierno?

Respetamos las posturas de quienes se ven afectados por este tipo de situaciones. No podemos deslegitimar su derecho a defender sus negocios y actividades, así como nosotros defendemos las nuestras.

Ahora bien, en Colombia, cuando los arroceros protestan algo que sucede en contadas ocasiones, es posible que haya molestias e inconformidad. Sin embargo, cuando otros sectores llevan a cabo protestas, los arroceros no cuestionan por qué lo hacen, ni critican los bloqueos que pueden afectar el transporte del arroz hacia los molinos o los sistemas de abastecimiento en las ciudades.

Nosotros creemos firmemente en el derecho a la protesta. Consideramos que hacer visible un problema mediante estas acciones solo ocurre cuando se han agotado todas las vías de diálogo y no se ha recibido la atención necesaria.

Siempre nos solidarizamos con otros productores y sectores del país, porque entendemos que su bienestar también impacta positivamente en el de los agricultores, que incluye a los arroceros y demás productores agrícolas.