Estas son algunas alternativas para una nutrición balanceada de los cafetales

La productividad del cultivo del café depende de varias actividades las cuales se deben hacer en los momentos oportunos y los materiales recomendados. La variedad a sembrar, la densidad de siembra, el manejo de la acidez del suelo, la luminosidad, el manejo de plagas, enfermedades y arvenses, mantener los árboles de café jóvenes, nutrir apropiadamente las plantas, son algunas prácticas agronómicas que conducen a obtener altas productividades.

De acuerdo con el parque cafetero de nuestro país, para nutrir correctamente los árboles de café se necesitan más de 500.000 toneladas de fertilizantes por años, pero la realidad es que estamos aplicando menos de 300.000 toneladas anuales.

La herramienta por excelencia para definir planes adecuados de nutrición es el análisis del suelo; sin embargo, y pese a los esfuerzos de la Federación Nacional de Cafeteros en promover su uso, esta herramienta tecnológica ha tenido baja adopción. Ante esta situación es necesario proponer alternativas más generalizadas que permitan una nutrición balanceada, de acuerdo con las condiciones predominantes en las diferentes regiones cafeteras del país. Una vía para lograr este propósito es a través de la información disponible de la fertilidad regional del suelo.

El Avance Técnico de Cenicafé 483 “Formulaciones generales de fertilizantes: alternativas para una nutrición balanceada de los cafetales en Colombia”, tiene como objetivo proponer fórmulas generales de nutrientes, de amplia utilización, para la fertilización de los cafetales en la producción. Para conocer y caracterizar la fertilidad de los suelos cafeteros de Colombia, se estructuró una base de datos con registros históricos de 255.019 muestras de suelos, analizadas en 20 departamentos cafeteros, desde 1989 hasta 2016.

La atención se centró en los macronutrientes frecuentemente contenidos en los fertilizantes y con los cuales se ha encontrado respuesta en café, es decir, nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K) y magnesio (Mg). Como indicador de la disponibilidad de nitrógeno para las plantas se tomó la materia orgánica del suelo (MO).

Materia orgánica: los resultados indican que en 80% de los departamentos evaluados predominan suelos con bajos contenidos de materia orgánica (menores a 8%), condición que sugiere la aplicación de la dosis más alta de nitrógeno (N), es decir, 300 kilogramos de Nitrógeno por hectárea por año.

Fósforo (P): La mayoría de los departamentos cafeteros presentaron más de 50% de las muestras con niveles bajos de fósforo. Esta tendencia sugiere emplear dosis entre 40 y 60 kilogramos de P205 por hectárea por año.

Potasio (K): los resultados indican que las mayores frecuencias con niveles de potasio menores a 0,4 cmolc. kg-1 correspondieron a la mayoría de las muestras analizadas. Este resultado tiene su origen principalmente en los tipos de suelos que predominan en la región y su condición de acidez. Cuando los niveles de K son iguales o menores de 0,4 cmol.kg-1 se sugiere aplicar dosis relativamente altas de este nutriente, es decir, entre 260 a 300 kilogramos de K2O por hectárea.

Magnesio (Mg): en general, solo 25% de los departamentos presentaron más de 50% de las muestras con contenidos bajos de este nutriente, en cuyo caso se justifican dosis mayores a 40 kilogramos de MgO por hectárea por año. Para los otros departamentos, bastarían dosis de MgO que oscilarían entre 0 y 40 kilogramos de MgO por hectárea por año.

Este esfuerzo técnico permitirá a los caficultores optimizar el uso del fertilizante, determinante en la productividad. Otros grados y, principalmente otras fórmulas, pueden conducir a los caficultores a tomar decisiones erróneas o menos ajustadas a sus necesidades técnicas y económicas. Es fundamental tomar las mejores decisiones para buscar ser competitivo en la producción.